Según un informe presentado por la ONG Global Witness, al menos 177 personas "defensoras de la tierra y el medioambiente" fueron asesinadas en 2022 en todo el mundo. Además, el reporte indica que el 88 % de los crímenes tuvieron lugar en América Latina, con Colombia encabezando la lista de países con más ataques mortales dirigidos a activistas ambientales. Defender el medio ambiente o los territorios indígenas se puede pagar con la vida. Entre 2012 y 2022 se produjeron 1.910 asesinatos de estos activistas en todo el planeta y siete de cada diez de ellos tuvieron lugar en países latinoamericanos, según un informe de Global Witness.Si atendemos solo al pasado año, son casi nueve de cada 10. Tierra de importantes recursos naturales y medio ambientales, el alto activismo en la región, mezclado con la impunidad de los perpetradores, da lugar a un cóctel explosivo. Laura Furones, coautora del estudio, lo ha explicado en la antena de RFI: "En Latinoamérica se dan varias circunstancias a la vez. Por un lado, es una región en la que hay organizaciones de base muy fuertes que hacen mucho trabajo de defensa del territorio y del medio ambiente. Pero precisamente por esa defensa que hacen, por esa visibilidad que tienen, son más atacadas tal vez que en otras regiones. Esto lo que denota es, por un lado, una falta de protección efectiva por parte de los gobiernos y unas tasas de impunidad absolutamente desorbitadas. Muy pocos casos terminan con gente enjuiciada y mucho menos con gente en la cárcel".Según el conteo de Global Witness, de los 177 asesinatos ocurridos mundialmente, 139 de ellos fueron en distintos países de Latinoamérica. Colombia fue el país más peligroso. Allí tuvieron lugar 382 muertes en estos 11 años. Brasil fue el segundo con 376. En México y Honduras se superó holgadamente el centenar de asesinatos. Además, la Amazonía, pulmón del mundo y sus poblaciones indígenas, se ha convertido también en blanco fácil. "Uno de cada cinco asesinatos a nivel global sucede en la Amazonía. Es decir, es una zona donde los ataques son muy importantes, no solo a nivel regional, sino a nivel global y donde también tenemos una presencia muy importante de ataques a pueblos indígenas. Las comunidades se encuentran en una situación particularmente vulnerable y también paradójica. Son posiblemente de las que más labor de defensa están haciendo, pero también son las que están siendo particularmente atacadas. Y esto es por varias razones. Por un lado, están en una situación de importante vulnerabilidad porque están alejados de los centros donde se toman decisiones, alejados de los centros donde se hace justicia. Pero además, por otro lado, estamos hablando de pueblos que tienen una lucha histórica por la defensa de sus territorios. Muchas de ellas todavía no tienen ni siquiera los títulos de sus tierras, tierras ancestralmente que les corresponden, asegurados a nivel legal" ha afirmado Laura Furones. Además, no solo se trata de asesinatos. En ocasiones los activistas son objetos de ataques digitales para minar su imagen o por la vía legal. "Pongamos por ejemplo, una persona defensora se opone a un proyecto de extracción minera en una zona boscosa de Colombia o en la Amazonía brasileña. Lo que hace a lo mejor esa empresa es llevarla a juicio porque considera que alterando el orden público considera que ha hecho actos terroristas, cuando a lo mejor lo único que está haciendo es manifestarse de forma pacífica dentro de la legalidad. Lo que pasa es que una vez se ha metido en un proceso judicial, la persona defensora está obligada a asistir a los juicios, a pagar los costes de un abogado. La vida de la persona de repente consiste en defenderse legalmente. Es un David contra Goliat. Es una defensa de una persona que a lo mejor puede ser un pequeño campesino, una persona indígena, un activista local frente a maquinarias empresariales con departamentos legales muy, muy poderosos. De ahí la razón de que sea una estrategia tan efectiva de silenciamiento" sentencia Furones en RFI .En este último sentido, Global Witness considera que las empresas tienen que buscar un papel conciliador, negociando no solo con gobiernos, sino también tendiendo puentes con las comunidades locales. El informe ha sido presentado en vísperas de la COP28. Los líderes mundiales se reunirán el próximo noviembre en Emiratos Árabes Unidos para discutir la situación climática actual. Un espacio en donde es urgente también abordar la protección a todos aquellos que defienden la vida en el planeta, y que por ello, la de ellos corre un gran riesgo.