Argentina continuará pagando al Fondo Monetario Internacional (FMI) el préstamo que recibió en 2018, pero desea llegar a un acuerdo que permita aliviar la acumulación de vencimientos en los próximos tres años, declaró este jueves la portavoz del gobierno, Gabriela Cerruti. El FMI concluyó el miércoles que el programa crediticio de 2018 con Argentina por 57.000 millones de dólares, el más grande de la historia de la institución, "no cumplió" sus objetivos. El comunicado fue emitido luego de que el directorio ejecutivo del FMI se reuniera para discutir el informe de evaluación del préstamo, requerido dado el monto de la deuda, y el mismo día que Argentina canceló un pago por casi 1.900 millones de dólares al organismo financiero. "El programa tenía como objetivo restablecer la confianza, reducir la balanza de pagos y los desequilibrios fiscales y reducir la inflación", señaló el FMI el miércoles. Según el organismo, la estrategia se enfocó en el ajuste "fiscal y monetario, combinado con reformas estructurales específicas, para catalizar nuevos flujos de capital". Pero "el programa no cumplió con sus objetivos, a pesar de las importantes modificaciones de las políticas económicas" en el país, dijo el Fondo. "El tipo de cambio siguió depreciándose, aumentando la inflación y el valor en pesos de la deuda pública, y debilitando los ingresos reales, especialmente de los pobres", señaló. “El crédito estuvo mal aplicado”, dice a RFI Raúl Dellatorre, editor de economía de la revista Pagina 12 de Argentina. “No logró ninguno de los objetivos de estabilización que se había planteado, todo lo contrario. Se pensaba lograr una estabilidad de precios y se generó un rebrote inflacionario muy fuerte en el año 2018 y 2019. No equilibró el mercado cambiario porque también se generó en paralelo a esto, una brutal devaluación. Tampoco equilibró las cuentas monetarias y financieras dado que la Argentina de ese período también atravesó un momento de pico de tasa de interés que estuvieron arriba del 70% anual en pesos. No se logró ninguno de estos objetivos que eran los centrales del plan de estabilización. El Fondo Monetario en este análisis pone mucho el acento en que el gobierno de Mauricio Macri fracasó en su intento de utilizar estos fondos para reforzar la cuentas públicas. Y por el contrario, lo que se generó fue una agresiva política de transferencia de ingresos al exterior, fuga de divisas, de las cuales los bancos y las principales empresas que operan en el país fueron responsables, pero claramente con el aval del propio gobierno”. El FMI negocia actualmente con Argentina la reestructuración de la deuda, que supera los 44.000 millones de dólares luego de que el gobierno de Alberto Fernández decidiera en 2020 suspender la entrega de los tramos restantes del crédito negociado por su antecesor, Mauricio Macri. Macri buscó auxilio del FMI en mayo de 2018 en medio de una corrida cambiaria. En junio, el directorio ejecutivo del Fondo aprobó un acuerdo stand-by de 36 meses, que amplió en octubre a 57.000 millones de dólares, a cambio de un severo ajuste fiscal para equilibrar las cuentas públicas. El Fondo Monetario Internacional dio un crédito muy por encima de lo que le correspondía a la Argentina. No hizo un seguimiento de la aplicación del crédito como habitualmente corresponde. Inclusive lo del crédito, que fue inicialmente acordado por 57.000 millones, se llegaron a desembolsar 44.000 millones, pero en desembolsos sucesivos que eran trimestrales o períodos de no más de tres o cuatro meses. Y la revisión, si se hubiera hecho correctamente, hubiera mostrado que, ya antes de fin de 2018, se observaban estos desvíos y sin embargo, el Fondo no lo advirtió. Así que también en eso hay una responsabilidad técnica en cuanto al manejo. "Préstamo absurdo" Desde Buenos Aires, el gobierno de Fernández reaccionó a la revisión del FMI deplorando una vez más el acuerdo alcanzado por Macri. "Es un préstamo absurdo, que bien sabemos no se utilizó para nada bueno", declaró el ministro de Economía, Martín Guzmán a la televisora C5N, apuntando que "curar las heridas" del crédito le llevará a Argentina "no menos de una década". "Es necesario que haya una evaluación seria sobre si se cumplió con el estatuto del FMI, que no debería financiar la fuga de capitales", aseveró Guzmán sobre el programa crediticio de 2018. Argentina, que busca un nuevo convenio de facilidades extendidas con el Fondo que le permita ampliar los plazos de pago, abonó este miércoles unos 1.900 millones de dólares por el último vencimiento de 2021. Según los términos del actual préstamo, aún debería abonar unos 19.000 millones de dólares en 2022 y otros 19.000 millones en 2023, además de 5.000 millones en 2024. Riesgos "de reputación" El FMI señaló que los directores ejecutivos lamentaron que el acuerdo con Argentina no cumpliera sus metas. La estrategia y condiciones del préstamo no fueron lo "suficientemente sólidas" para atender "los problemas estructurales profundamente arraigados de Argentina", como la dolarización y la alta inflación, entre otros, señalaron según el comunicado. Además, reconocieron que el crédito creó "riesgos financieros y de reputación sustanciales para el Fondo". "La mayoría de los directores coincidieron en que acordar con las autoridades por adelantado los planes de contingencia podría haber reducido los riesgos para el programa y el Fondo, pero algunos directores señalaron las dificultades de manejar dichos planes en la práctica dada la sensibilidad del mercado", indicó el FMI. El acuerdo, del que solo se completaron cuatro de las 12 revisiones previstas, fue cancelado el 24 de julio de 2020 bajo el mandato de Fernández, que sucedió a Macri en 2019. Con AFP