Los chilenos iran a las urnas el 4 de septiembre para aprobar o rechazar la nueva Constitucion que sale de un año de trabajos de una Convención que fue la salida institucional a las revueltas de 2020. Las campañas para el plebiscito están a tope frente a sondeos que le dan ventaja al rechazo del texto que debería reemplazar al de la dictadura Pinochet. RFI en español habló con ellos, para entender las razones del no. Por la corresponsal de RFI en Santiago Apenas queda un mes para el plebiscito que definirá si Chile tendrá o no una nueva Constitución y en esta carrera a contrarreloj ambas opciones, tanto el Apruebo, que llama a apoyar el borrador del texto constitucional, como quienes están por el Rechazo, están movilizando a la sociedad para convencerlos por una u otra opción a sabiendas de que el voto será obligatorio. Bernardo Fontaine, vocero del comité de la franja por el Rechazo y ex convencional por el pacto de derecha Vamos por Chile, asegura que han logrado convocar a diversos sectores de la sociedad “Muchos están enviando a nuestro sitio web los videos que dicen por qué rechazan esta mala Constitución, esto demuestra que la sede del Rechazo está en las calles, en las familias, en los lugares de trabajo, mientras que la sede del Apruebo está en La Moneda”, sostiene aludiendo a la sede del gobierno chileno. En las calles, las opiniones se dividen. Aunque el borrador de la nueva Constitución se ubica como best seller en los quioscos nacionales, muchos ya se inclinan por una opción incluso sin haber leído las normas propuestas. Encontramos a Francisco, un comerciante jubilado, a pocos metros de un puesto ambulante donde justamente se venden ejemplares de la nueva Constitución. “Si no fuera obligatorio, no votaría, pero como es medio dictatorial el asunto, habrá que cumplir. Pero sin leer la Constitución, o la probable Constitución, voto Rechazo”, explica a RFI. Y aunque las encuestas aún le dan el triunfo al Rechazo, los últimos resultados muestran que la brecha entre ambas opciones se acorta de 15 a 8 puntos, imponiéndose la negativa con un 47% de las preferencias. Entre ellas también se encuentra Elsa. [Del editor; Según la última encuesta de la empresa privada Cadem, del 1° de agosto, el 52% se inclina por la opción "rechazo", el 40% por apruebo y el 8% no se posiciona.] “Yo la verdad es que rechazo ahora. Al comienzo yo voté Apruebo, pero lo que yo he estado viendo, la verdad es que no es lo que realmente yo esperaba”, dice. Álvaro, su marido, comparte esta postura. “Porque para mí la nueva Constitución es muy ambigua, deja muy abierta muchas cosas en las que yo puedo pensar que es sí pero para otras personas es no. Está muy politizada para los polos: está el polo derecho, el polo izquierdo y la misma pelea sigue siempre”, lamenta. La campaña del Rechazo ha logrado recaudar financiamiento hasta más del 99% de los aportes totales, superando casi 200 veces a la opción por el Apruebo, y dentro de sus principales donantes se encuentran empresarios del rubro financiero e inmobiliario.