Los chilenos están llamados a las urnas el domingo para decidir si aprueban o no la nueva Constitución. Una votación que culmina un camino que comenzó con las protestas de 2019. El voto es obligatorio, por lo que cada ciudadano de más de 18 años deberá expresarse, so pena de multa. La expectativa frente al próximo 4 de septiembre no está sólo en lo que se juega el país al decidir si desea o no reemplazar la actual Constitución, sino que también se trata de un plebiscito de salida cuyo voto es obligatorio. Esto significa que cualquier persona mayor de 18 años y con su domicilio electoral en Chile, deberá acudir a su local de votación para cumplir con su deber cívico, pues de lo contrario se arriesgan multas que alcanzan los 180 mil pesos chilenos, unos 200 euros. Los jóvenes en la mira Hasta antes del plebiscito de entrada en 2020, el grupo etario con menos participación en las elecciones correspondía a los jóvenes de entre 18 y 30 años. “Siempre he ido a votar, participo harto de eso y en el fondo más allá de que sea obligatorio o no, lo que está en juego es súper importante, más que la comodidad de uno”, explica Gustavo, de unos 20 años, en Santiago. “Lo mismo, también estoy super informada e iría a votar igual, sí o sí, fuera o no fuera obligatorio”, añade Alejandra, su pareja. “Circunstancias extraordinarias” El plebiscito de salida no sólo tiene como novedad la obligatoriedad sino también una serie de factores que pueden influir en el resultado de este domingo. Marta Lagos, encuestadora, analiza las características de este plebiscito: “Tenemos muchas circunstancias extraordinarias: el conocimiento del voto obligatorio, el miedo a la multa, la re localización de cada votante, la cercanía del voto y además de eso, el anuncio del transporte público gratis”. A Lagos le preocupa sobre todo la disparidad que pueda existir entre la Región Metropolitana, donde se encuentra el gran Santiago, y el resto de las regiones donde no siempre existe transporte público: “Eso significa que va a haber más votación proporcional, aumento de votación proporcional en la Región Metropolitana, que en el resto del país o que en aquellas ciudades donde el transporte no es gratis”, dice Lagos. Un resultado incierto Para la encuestadora, estas características hacen aún más difícil un pronóstico sobre el resultado: “Si llegan a votar 12 millones de votantes, es un gran triunfo del estallido social, que convoca, incluso polarizando, incluso dividiendo, pero que convoca a manifestarse por esta Constitución y eso me parece que revitaliza la democracia”, subraya. Para ella, si la participación es importante, también permitirá resolver la duda sobre si la gente que protesta también va a votar.