El periodista colombiano Julián Martínez, del medio digital La Nueva Prensa, critico del gobierno, denunció que fue víctima de un "atentado" la noche del martes cuando descendía de su vehículo en una céntrica zona de Bogotá. Según la versión de La Nueva Prensa, apenas el periodista descendió de su vehículo se acercaron unos "delincuentes en taxi" y trataron de abrir una de las "puertas traseras". El escolta que estaba dentro del auto "respondió a la agresión con su pistola y los delincuentes se retiraron", añadió. La policía anunció una investigación para determinar si se trató de un atentado contra Martínez. "Mi esquema de protección tuvo que accionar armas", escribió él en su cuenta de Twitter. La Nueva Prensa rechazó el intento de agresión y aseguró que sus periodistas son "objeto de seguimientos, campañas de desprestigio e interceptaciones ilegales". Martínez se mueve con escoltas de la Unidad Nacional de Protección, el órgano estatal que salvaguarda a personas amenazadas. "Repudiamos enérgicamente este nuevo y gravísimo atentado destinado a silenciarnos y perseguirnos, principalmente por parte de la presidencia de la República de Colombia y de la Fiscalía General de la Nación, órganos estatales que hemos estado investigando y denunciando por diversos hechos gravísimos", reza un comunicado del medio. El director de La Nueva Prensa, Gonzalo Guillén, dijo a RFI que su medio es hostigado porque es el "que ha hecho las más graves denuncias de corrupción ligadas a la presidencia" y cita como ejemplo la revelación del caso de la compra de votos a favor del mandatario Iván Duque "en por lo menos siete departamentos del país en las pasadas elecciones". También citó una pormenorizada investigación de la organización forense europea Quirium que descubrió múltiples escuchas telefónicas y hackeos que intentaron tumbar la página del portal. De acuerdo al más reciente informe de esa ONG colombiana, la violencia contra periodistas en el país aumentó en 2021 y dejó 768 víctimas de algún tipo de agresión. Desde la firma del acuerdo de paz con la exguerrilla FARC en 2016, ocho reporteros han sido asesinados, lo que ubica a Colombia en el tercer lugar de países más peligrosos para ejercer el oficio en América Latina, detrás de Venezuela y México, según Reporteros Sin Fronteras.