La vicepresidenta argentina Cristina Kirchner, acusada de corrupción y contra quien la fiscalía pidió 12 años de prisión, contraatacó este martes con un feroz discurso de defensa en el que denunció lo que considera una persecución judicial para proscribirla de la política. Para el analista político Sergio Berensztein, ella intenta quizás desviar el foco de atención en un momento de fuertes ajustes del Gobierno. Acusada junto a otras doce personas por los delitos de asociación ilícita y administración fraudulenta agravadas, la vicepresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner se defendió públicamente el martes a través de una alocución en su despacho del Congreso difundida por redes sociales. Kirchner, que goza de fueros parlamentarios, había solicitado para este martes una ampliación de su declaración indagatoria, pero el tribunal desestimó el pedido al considerar que esa etapa ya había cerrado y que ella podrá exponer sus puntos en los alegatos de la defensa, a partir del 5 de septiembre. Las declaraciones de la vicepresidenta coinciden con un fuerte ajuste que acompaña la llegada de Sergio Massa como “superministro” desde el Ministerio de Economía. Para Sergio Berensztein, analista político, la defensa de Cristina Kirchner es una manera de desviar la atención de esas últimas decisiones impopulares de austeridad. “El gobierno giró a la derecha y mientras ella se estaba quejando por la causa, anuncian medidas de recortes en el gasto público en Educación, Salud, Vivienda, en gasto social”, estima el analista. “Argentina viene atravesando una crisis económica muy profunda con la incorporación del hasta ahora presidente de la Cámara Alta, Sergio Massa, en un giro pragmático y hacia la derecha. Es un dato objetivo de la realidad, no es una crítica: esas medidas de austeridad eran imprescindibles y muchos creen de hecho que ella está exagerando en su reacción política porque potencialmente podría presentarse a las elecciones el año que viene y de última lo que hace es desviar el foco de atención de las medidas de austeridad”. Mientras transcurría su discurso y en un ambiente de fuerte polarización, cientos de seguidores de su corriente del peronismo de izquierda se manifestaron para apoyarla a las puertas de su casa en Buenos Aires, donde se encuentran en vigilia desde el lunes por la noche, y luego frente al Congreso. Sus simpatizantes le piden que sea candidata en las próximas presidenciales. Queda por ver qué impacto político puede tener el juicio en los planes del clan Kirchner. “Hasta ahora no hay síntomas que haya riesgos en la gobernabilidad. Hasta ahora ella está sufriendo la situación de mayor desgaste en toda su historia política. Su imagen es muy mala, tiene apenas 28% de imagen positiva y más de 70% de imagen negativa. Por ahora no hay ningún síntoma, sino todo lo contrario. De hecho, ya hay algunos sondeos que ponen de manifiesto que sólo la mitad de los votantes del Frente de Todos (oficialismo) de 2019, creen que Cristina Kirchner es inocente. En síntesis, no hay aquí un motivo político para buscar una reacción como la que ella está buscando, veremos si la gente lo cree. En principio no hay ninguna evidencia de que haya habido una justicia amañada o en contra de los intereses de Cristina Kirchner ni de ninguno de los acusados en esta causa”, sostiene Sergio Berensztein. Se espera un fallo de la Justicia de aquí a diciembre.