En la presentación de su informe anual, la asesora de las Naciones Unidas para la prevención del genocidio denunció violaciones de los derechos humanos y factores de riesgo de genocidio de los pueblos originarios de Brasil. Los índígenas de la amazonía recorren a diario un camino destruído por máquinarias, con árboles cortados y aguas que se tornan rojas y venenosas. Todo ese mundo que creían conocido ha desaparecido ante sus ojos de la noche a la mañana, así es la situación que exhibió esta semana ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Alice Wairimu Nderitu, asesora de las Naciones Unidas para la prevención del genocidio.Aunque desde hace años los pueblos de la Amazonía, como los Yanomami y Guarani, han tenido que migrar por la devastación de sus tierras, este fenómeno migratorio no ha sido atendido e incluso es una causa de migración aún sin nombre de acuerdo con Vladimir Aguilar, director del Grupo de Trabajo de Asuntos Indígenas de la Universidad de los Andes. “El gran riesgo que corren estos pueblos es la expansión de la frontera extractivista en la Amazonía. En general, se puede ya hablar de una suerte de genocidio silencioso por todas estas actividades sistemáticas que los están afectando”, indica Aguilar.Para Aguilar, “el Alto Comisionado para las Naciones Unidas va a tener que buscar una nueva categoría para todo el proceso de desplazamiento que están sufriendo algunas poblaciones y comunidades indígenas por esta expansión vertiginosa y voraz de la frontera extractivista”. Este genocidio silencioso resulta una paradoja en la política internacional para atenuar el calentamiento del planeta, pues son los pueblos indígenas de la Amazonía los que preservan los recursos naturales, pero están desprotegidos ante la vorágine agrícola, la extracción de energías fósiles y la minería.Según Aguilar, “la minería ilegal es una avanzada de lo que posteriormente va a ser la mineríal egal, porque lamentablemente los gobiernos amazónicos han optado por impulsar minería ilegal para que una vez que se descubran cuáles son los minerales que hay en los territorios, se entreguen las concesiones a empresas nacionales y transnacionales”.Aguilar se refirió a dicho fenómeno como una “perversión” y un mecanismo que se está implementando en la Amazonía. “Va a urgir una nueva categoría por estos nuevos procesos y estas nuevas realidades que estamos viendo, lo que algunos autores han llamado la geopolítica del cambio climático”. La migración debida a la destrucción de regiones por causas industriales y a los efectos del cambio climático es un fenómeno que actualmente carece de una normativa internacional, el cual desplaza a más 20 millones de personas cada año, según la ACNUR.