La Cámara de Representantes de Uruguay aprobó este 6 de octubre el proyecto de ley que despenaliza y regula la eutanasia, tras un extenso debate. El Senado debe ahora dar su visto bueno. Garantizar el derecho a morir dignamente a los pacientes enfermos en fase terminal o que padecen sufrimientos insoportables, es lo que propone este proyecto de ley que aún debe pasar por el Senado uruguayo. El país suramericano podría convertirse en uno de los pocos países en autorizar la eutanasia. “Apoyo mayoritario de la población” “El proyecto que se aprobó en la Cámara de Diputados habilita la eutanasia en dos grandes supuestos: en la etapa terminal de enfermedades incurables irreversibles, que producen un grave deterioro de la calidad de vida y sufrimiento insoportable, y por otro lado, en los casos en los que, aunque no se esté en una etapa terminal, hay sufrimientos insoportables y deterioro progresivo de la calidad de vida de la persona. En estos casos, que deben ser verificados por dos médicos que actuarán independientemente, quedará habilitada la eutanasia”, explica a RFI el diputado Ope Pasquet, redactor del proyecto de ley aprobado este jueves en primera lectura. ¿Será difícil que lo apruebe el Senado? “Seguramente va a ser difícil, pero confío en que finalmente se logre la aprobación, porque es un proyecto que fue apoyado tanto por legisladores de la actual coalición de gobierno como por legisladores de la oposición. Además, todas las encuestas de opinión que se han hecho detectan un apoyo claramente mayoritario de la población, con el 70 u 80% que está a favor del proyecto de ley de eutanasia”. El proyecto, que fusiona propuestas del centroderechista Partido Colorado (integrante de la coalición oficialista) y del izquierdista Frente Amplio (oposición), tuvo el apoyo transversal de diputados de todos los partidos para alcanzar los 57 votos sobre un total de 96. “Testamento vital” Para Florencia Salgueiro, miembro del colectivo Empatía Uruguay que pide desde hace varios años la legalización de la eutanasia, la futura ley representa un gran avance, aunque con ciertas limitaciones: “Una de las cuestiones que se discutieron y que quedaron por fuera tenía que ver con dejar una voluntad anticipada o un testamento vital. Si yo me encuentro en esta situación en un futuro y no estoy en condiciones de expresar mi voluntad, ya la dejo en este testamento. Esto, en este proyecto, por ejemplo, no está. Así que si una persona, pongamos, tiene cáncer pero al mismo tiempo tiene Alzheimer, entonces no podría recibir la eutanasia porque no está psíquicamente apta, pero tampoco puede dejarlo por escrito antes”, subraya. “Pero”, matiza, “la verdad es que es un detalle, la mayor parte de la gente que tendría derecho a esto con esta ley va a poder acceder a esa prestación”. En el mundo, pocos países regulan la eutanasia o el suicidio asistido, es el caso de Suiza, España, Holanda Bélgica, por ejemplo. En Latinoamérica, Colombia es el único país donde la práctica es legal.