La administración Biden decidió a seis meses de las elecciones imponer más aranceles a los productos procedentes de China, en especial a aquellos de sectores estratégicos como la producción de baterías o de vehículos eléctricos. Washington asegura que su objetivo es detener la competencia desleal que genera el crecimiento de Pekín en el mercado, pero los expertos consideran que es una forma de callar las futuras críticas de los republicanos en vísperas de la contienda electoral contra el expresidente Donald Trump. “Cuando haces tácticas como éstas, no estas compitiendo, estás haciendo trampas”: con esta contundente frase, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunciaba nuevas sanciones contra productos procedentes de China, en sectores estratégicos como el de los coches eléctricos y las baterías.Biden también acusó a Pekín de apoyar fuertemente a sus industrias en estos sectores, provocando una sobreproducción que ha reventado los precios y expulsado del negocio a fabricantes de todo el mundo.Sanciones simbólicasPero Graciela Chichilnisky, experta en economía internacional de la Universidad de Columbia, asegura que no es casualidad que esta medida llegue a seis meses de las elecciones presidenciales, en las que Biden se verá las caras con su predecesor, el republicano Donald Trump. “El mercado de los vehículos es muy importante históricamente en Estados Unidos. Y los vehículos eléctricos no son una excepción. Pero yo creo que no es tan importante como el símbolo, de que Trump no tiene una política única, que no hay razón para votarlo a Trump, si uno quiere encontrar una solución en contra de China”, explica la economista.La experta describe estas sanciones como simbólicas, debido a que están valoradas en 18 mil millones de dólares. Una cifra bastante baja si se compara con los aranceles que impuso el expresidente Donald Trump a China, de unos 300 mil millones de dólares, durante su legislatura.Baterías de litioAun así, es cierto que Washington quiere detener el crecimiento de Pekín en este sector, sobre todo teniendo en cuenta el crecimiento del último año del gigante asiático, el mayor exportador de baterías y de litio del mundo.“El mercado de los vehículos eléctricos depende completamente del acceso a las baterías de litio. El litio da acceso a las baterías, y las baterías dan el acceso al mercado de vehículos eléctricos. Entonces los chinos se posicionan con respecto al litio y a las baterías, al mercado de las baterías, y de esa manera en un año consiguen hacer este cambio radical sobre la importancia geográfica, digamos, del mercado de vehículos eléctricos”, subraya Graciela Chichilnisky.La administración Biden también quiere hacer frente al dominio del gigante asiático inyectando fondos masivos en la fabricación y la investigación de semiconductores, e impulsando las inversiones verdes. Un punto clave para la experta de Columbia, que considera que la contaminación que genera la creación de baterías es el gran desafío que afrontará esta industria.