La lucha contra la corrupción en Guatemala "no avanza como debiera" y la fiscal Consuelo Porras "minimiza investigaciones", afirmó este martes el subsecretario de Estado estadounidense para las Américas, quien también criticó a El Salvador, Venezuela y Nicaragua. “El gobierno de Alejandro Giammattei tiene su propio interés de seguir beneficiándose de esta corrupción y de este poder quedan estos sectores”, estima Ursula Roldan, investigadora del INGEP. “Nos gustaría ver pasos concretos contra personas e instituciones corruptas en ese país". Brian Nichols, jefe de su diplomacia estadounidense para América Latina, fue muy claro en una conversación telefónica con periodistas esta semana, y la fiscal general guatemalteca, Consuelo Porras, no salió bien parada. Úrsula Roldan, investigadora del Instituto de Investigaciones y Gerencia Política (INGEP), detalla lo que Washington reprocha a Porras. “La Fiscal general no tomó en cuenta las recomendaciones de Estados Unidos de fortalecer la Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Impunidad en Guatemala. Lo que hace es despedir al fiscal Juan Francisco Sandoval, quien está en el exilio en Estados Unidos”, subraya. “En muchos casos de alto impacto que habían sido investigados por la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), lo que está sucediendo es que las personas están siendo liberadas y están siendo las investigaciones prácticamente detenidas”, apunta Roldán. ¿Quién está detrás de este sistema de corrupción en Guatemala? Para la investigadora de la INGEP no hay dudas. “Las élites económicas, que se sintieron cuestionadas por diversos casos que la misma CICIG si se sacó en su momento 2016-2017”. “El gobierno de Alejandro Giammattei tiene su propio interés de seguir beneficiándose de esta corrupción y de este poder que dan estos sectores. Son personajes que han estado vinculados a los grandes negocios del Estado, como son los de medicamentos, los proyectos de infraestructura en el país. Lo que está en marcha ahorita que su retroceso total hasta tener de nuevo un gobierno que sea afín estos intereses del ‘pacto de corruptos que nosotros’ como sociedad civil hemos denominado”, denuncia. “Creo que otra estrategia Estados Unidos es tener otro tipo de aliados en las élites económicas. Por eso ahorita el gran programa que lanzan tiene que ver más con empresas trasnacionales, no tanto nacionales: hay una nada más. Yo creo que también eso hace parte de la estrategia Estados Unidos: tener aliados económicos que sí estén conscientes de que hay que depurar el Estado, que hay que tener una justicia también independiente y que hay que fortalecer a un gobierno capaz de generar políticas públicas para la población”, concluye Ursula Roldan.