Las legislaciones latinoamericanas se focalizaron esta semana en el aborto y la mujer. Mientras Guatemala archivó una ley que buscaba endurecer las penas por interrupción del embarazo, Chile decidió incluir el aborto en su proyecto de Constitución. Ecuador dio un paso atrás y vetó parcialmente la ley. Este martes 15 de marzo el Congreso de Guatemala, controlado por oficialistas conservadores, archivó una polémica ley que contemplaba aumentar las penas por aborto con hasta 10 años de cárcel para la mujer y prohibía el matrimonio homosexual. Esto se dio en medio de reclamos de organismos de derechos humanos y a pedido del propio presidente Alejandro Giammattei. “En América Latina está muy presente el aspecto religioso, no solo por parte de los católicos sino también de los movimientos pentecostales financiados y apoyados desde Estados Unidos”, apunta Bárbara Ester, especialista en género e investigadora del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica. El mismo martes, el presidente de Ecuador Guillermo Lasso vetó parcialmente la ley que regula el aborto voluntario para mujeres víctimas de violación, reduciendo de 18 a 12 semanas el plazo para interrumpir el embarazo en el caso de niñas abusadas y mujeres que viven en zonas rurales. “Es une tema que suele articularse con fines políticos. Muchas veces se incluye en las propuestas de los candidatos pero después puede ir para atrás. Guillermo Lasso era un candidato del opus dei y asumió con una promesa de tratar el tema del aborto con la causal de violación y ahora genera retrocesos”, analiza para RFI Ester. Por su parte, Chile dio una respuesta contraria. La Convención Constitucional aprobó incluir la interrupción voluntaria del embarazo en el proyecto de Constitución que redacta para reemplazar la actual carta magna heredada de la dictadura de Augusto Pinochet. La investigadora destacó la importancia de los movimientos femeninos en América Latina para ampliar los derechos de las mujeres.