La famosa activista e ‘influencer’ conocida popularmente en las redes como Saily de Amarillo, estaba siendo un auténtico quebradero de cabeza para el gobierno cubano desde que aumentó su popularidad fuera de la isla. Presionada por la seguridad cubana, ha tenido que exiliarse en Estados Unidos. Muy conocida por sus mordaces denuncias, Saily González, ha tenido que abandonar Cuba por la presión de la seguridad de su país. La joven de 31 años denunció el viernes pasado que la policía intentaba crearle un expediente bajo la acusación de “instigación a delinquir” durante un interrogatorio de diez horas al que fue sometida el jueves. “Desde su trabajo de ‘influencer’ se encarga de visualizar contenidos de los presos políticos, cuando hay una denuncia, ella lo maximiza, cuando hay que hacer un llamado de atención o reflexión, ella lo posiciona, también tiene una dimensión periodística desplazándose al lugar de los hechos, reportando las cosas que están pasando y ha hecho también un trabajo de activismo como manifestante, acto de repudio y ha enfrentado muchas represalias por parte de la seguridad del estado, le han intentado abrir varios procesos penales, uno tras otro”, asegura Fernando Almeida, abogado de Derechos Humanos y confidente de la recién exiliada a Miamia con la que compartía trabajo en la plataforma cívica Archipiélago. “Le pasó como a muchos jóvenes que empezamos pensando en reformas y terminamos pensando en radicalidad porque no tenía ningún sentido, uno va aprendiendo en el proceso la dimensión del monstruo que uno enfrenta”, añade Almeida. El efecto y el daño psicológico que ella ha estado sufriendo y aguantando en silencio ha sido muy grande por eso cuando ella recibió esta última citación con un interrogatorio muy fuerte, la seguridad le dijo que tenía que irse o iba a enfrentar represalias muy duras”, cuenta el abogado. Para Manuel Cuesta Morúa, uno de los opositores políticos al régimen cubano más importantes del país, la labor de los jóvenes influyentes en las redes sociales está siendo determinante para conectar las voces del cambio entre la ciudadanía común y el liderazgo de la sociedad civil. “Ciertamente la presión sobre Saily y, sobre todo, sobre el grupo de jóvenes que ha salido del país en el último año ha sido muy dura. Es una generación millennial que curiosa y paradójicamente ha visto el cambio de una manera revolucionaria, es decir, aquí y ahora, no como proceso y eso ha supuesto sobre ellos un nivel de exposición que ha sido bastante sólido, pero al mismo tiempo esto envía un mensaje al gobierno de que puede seguir presionando para tratar de deshacerse de los activistas que mantienen un liderazgo de opinión en la sociedad civil”, denuncia Cuesta Morúa. A Saily González se le impidió asistir a la reciente cumbre de las Américas celebrada en California a la que fue invitada como representante de la sociedad civil cubana. La activista anunció a través de sus redes sociales que seguirá luchando para que los ciudadanos cubanos puedan participar en las decisiones políticas del país.