El enclave fundado por el ex millitar nazi, Paul Schaffer y funcionó hasta el retorno de la democracia en Chile. RFI habló con uno de los abogados de las víctimas de Colonia Dignidad, Winfried Hempel. “Hoy puedo informar al país que esta semana hemos dado inicio al proceso”, dijo en su rendición pública a la nación, el presidente chileno, Gabriel Boric, al anunciar la expropiación de los terrenos de la ex Colonia Dignidad, una secta en donde se obligó a colonos alemanes y chilenos a trabajo forzado, se abusó sexualmente de algunos de ellos y que también sirvió como centro de detención durante la dictadura de Augusto Pinochet. El Gobierno chileno pretende convertir el lugar en un Memorial.“Saludamos esa iniciativa. Nos satisface enormemente, sin perjuicio del otro gran tema que surge inmediatamente, que es el tema del destino de la plata. La verdad. La expropiación es una venta forzosa jurídicamente hablando, y una venta forzosa significa que va a correr plata por el valor comercial de la parte expropiada. Esa plata legalmente correspondería a los hijos de los ex jerarcas. No puede ser que el Estado, por un lado, con la derecha, esté expropiando, instaurando un centro de memoria en el fondo reparando y materialmente, pero con la izquierda esté dando esa plata a quien no hay que darle ni un solo peso”, denuncia Winfried Hempel es un ex colono alemán y ahora es el abogado de las víctimas de Colonia Dignidad.Colonia Dignidad fue fundada en 1961, en el sur de Chile, por el alemán Paul Schafer y fue desmantelada solo en 1991. Todavía viven en el lugar decenas de colonos y parte de ellos denuncian que aún se mantiene la estructura económica que creó el fallecido líder, que alcanzó a cumplir condena en Chile, acusado por abusos sexuales, condena que las víctimas piden para otros dirigentes del ex enclave alemán.“Dos generaciones de culpables. Unos son los jerarcas históricos, quienes en su mayoría cumplieron condena de cárcel y murieron. Y después hay jerarcas de una segunda línea, un poquito más jóvenes que se han fugado todos a Alemania y viven en tranquilamente porque en Alemania no son juzgables y no son extraditados a Chile. Estamos frente a un caso de impunidad en esa segunda generación de jerarcas. Es bastante frustrante esa situación, sobre todo porque Alemania en ese sentido, no colabora en nada”, afirma Hempel a RFI.Un tema que el presidente Boric podría volver a tratar esta semana cuando se reúna nuevamente con el canciller Scholz durante su visita oficial a Alemania.