Venezuela está volviendo a impulsar el uso del bolívar tras varios años de dolarización de su economía. Su uso de facto aportó certidumbre a un país carcomido por la hiperinflación y las devaluaciones. Ahora que se está recuperando de la crisis, el gobierno busca fomentar la "desdolarización". Según el Banco Central de Venezuela, la inflación en 2021 fue casi del 700%. Comparado al 2018, cuando alcanzó el 130.000%, muchos sostienen que la dolarización de la economía venezolana a partir del 2019 ayudó a limitar el aumento de precios. El propio Nicolas Maduro acabó calificando su uso de facto de "válvula de escape", después de que durante 15 años se proscribiera el dólar. "No fue una medida propiciada por el gobierno, sino al ver que la sociedad, de manera masiva, comenzó a utilizar el dólar como referencia estable, lo permitió...", explica a RFI Henkel García, director de la consultora Econometría. El pago en divisas superaba el 60% de las transacciones, y principalmente en efectivo, por lo que ahora el gobierno venezolano quiere revertir la tendencia, impulsando mayor uso del bolívar. El objetivo es llevar los 3.000 millones de dólares que circulan en las calles al sistema financiero. Ha colocado un impuesto del 3% al 20% a intercambios en moneda extranjera. "Ahora que hay algo de estabilidad se proponen ir hacia un proceso de 'desdolarización' que puede darles mayor margen de maniobra en política económica y recaudación fiscal". La consultora ha constatado que sí ha disminuido el pago en dólares. En marzo de 2022, la proporción de pagos en dólares fue del 44,7%, y en bolívares del 41,8%. Además de transacciones en pesos colombianos y en euros. La "desdolarización" de Venezuela es un proceso "lento y progresivo", destaca García. Explica también que no podrá prosperar "si tenemos otro brote inflacionario": en ese caso las consecuencias serán similares a las de la crisis pasada, "donde los negocios van a tener dificultades para pagar y el consumidor una pérdida importante del poder de compra".