Unos 156 millones de brasileños van este domingo a las urnas con un exmandatario y un presidente saliente como grandes favoritos para ocupar la jefatura del Estado. Aunque hay 11 candidatos, Luiz Inácio Lula da Silva encabeza todas las encuestas con una ventaja tal que una victoria desde la primera vuelta está a su alcance. El análisis de Marcial Alécio Garcia Suarez, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Fluminense de Río de Janeiro. Luiz Inácio Lula da Silva llega a las elecciones del domingo con todas las cartas para convertirse nuevamente en presidente, incluso desde la primera vuelta. Los sondeos sitúan al exmandatario con una ventaja tal ante una decena de rivales que acaricia el 50% de los votos. Según la última encuesta del Instituto Datafolha publicada el jueves pasado, Luiz Inácio Lula da Silva tiene 47% de las intenciones de voto frente a 33% de Bolsonaro. Considerando apenas los votos válidos (sin blancos ni nulos), Lula reúne 50% de los apoyos, porcentaje mínimo para obtener una victoria en primera vuelta. Su principal contendor, el presidente saliente Jair Bolsonaro, quiere relativizar los sondeos, pero el ex líder sindical sigue sumando apoyos de dirigentes políticos, intelectuales y ahora de los mercados. “En este momento se está viviendo en Brasil un momento de abandono [a Bolsonaro]. Los representantes del mercado económico se reunieron con Lula, y la repercusión fue buena para su candidatura”, explica Marcial Alécio Garcia Suarez, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Fluminense de Río de Janeiro. “Hubo un acuerdo o convergencia de perspectiva de intereses, y eso está repercutiendo hoy en Brasil en un abandono en lo que se conoce aquí como el 'centrão', partidos de centro que no son ni de izquierda ni de derecha pero que juegan el juego político cotidianamente. Ellos apuestan siempre al caballo ganador. Y en este momento la figura de Lula se va consolidando cada vez más como victoriosa. Nadie en la recta final quiere quedar del lado del perdedor. El movimiento de manada que se va autorreproduciendo es una profecía autocumplida”, asegura. La nostalgia por un gobierno con bonanza económica y el ingreso a la educación y al bienestar material para sectores postergados es un argumento que cala hondo en el electorado, a lo que hay que sumarle cierto hastío por la polarización política que muchos adjudican a Bolsonaro y su personalidad divisiva. “El mejor apoyo de Lula es Bolsonaro, porque Bolsonaro hizo un gobierno tan desastroso durante la pandemia, en la cuestión económica, cortes en Educación y una polarización de la sociedad brasileña... Básicamente, Lula se presenta como un retorno a un momento en que Brasil no se encontraba tan fracturado políticamente, fragilizado económicamente”, agrega. Entretanto, Bolsonaro, aupado por evangelistas y sectores agropecuarios, asegura que las encuestas, que lo muestran en desventaja incluso en un eventual segundo turno, mienten. La verdad de las urnas, el 2 de octubre.