El diputado independiente Roberto Arroyo explica a RFI que la izquierda y la derecha tuvieron la oportunidad de sacar adelante una nueva Constitución, pero 'no fueron capaces de proponer algo que realmente defienda a la gente'. El diputado de derecha Diego Schalper estima, en cambio, que el nuevo proyecto de Constitución 'mejora bastante la situación constitucional del país' en frentes como la seguridad pública, la custodia del medio ambiente y el resguardo del derecho de las mujeres. La ceremonia de entrega oficial del proyecto de nueva Constitución en presencia del presidente Boric se celebra este martes. Trece meses después del primer intento fallido, el nuevo proyecto constitucional chileno está abocado muy probablemente al mismo desenlace que el primero, según indican las encuestas.En la primera ocasión fueron los oficialistas, en su mayoría, quienes plantearon la remodelación de la Carta Magna. Esta vez les tocó el turno a los miembros de la derecha y la ultraderecha."Ha surgido un texto de base creado por los expertos el cual ha derivado en algunas modificaciones introducidas por el Consejo que buscaban empatizar con algunas demandas ciudadanas bastante sentidas", dijo a RFI el diputado de derecha Diego Schalper.El texto que ha resultado de ese proceso, según este diputado, "mejora bastante la situación constitucional del país en materia de seguridad pública, custodia del medio ambiente, resguardo del derecho de las mujeres, derechos sociales, así como reforma al sistema político”. Esos avances, según él, hubieran sido “posiblemente difíciles de impulsar desde el Congreso".¿Qué sigue de aquí en adelante para Schalper? "Esperar la deliberación de la ciudadanía que tiene la última palabra el 17 de diciembre. Nuestra expectativa es que se apruebe este texto, que sin duda le devolvería la estabilidad al país".A pesar del optimismo de Sharper, los sondeos apuntan a un amplio rechazo del nuevo reajuste constitucional como ocurriese en septiembre de 2022. Para el diputado independiente Roberto Arroyo las razones de este muy probable nuevo fracaso no son tanto de orden jurídico y político, sino que responden a una disociación con la ciudadanía a la hora de elaborar la nueva propuesta constitucional."Ambos sectores políticos han tenido cada uno una oportunidad porque tuvieron mayoría en cada uno de los procesos. Pero en ninguno de ellos fueron capaces de sacar algo que realmente defienda a la gente", estima Arroyo. Sobre el estado de ánimo de la sociedad chilena ante el reto de dotarse de una nueva Constitución, el diputado Roberto Arroyo estima que "la gente está cansada de este segundo proceso y tampoco hay ánimo ni fuerza ni dinero como para hacer un tercer proceso. Hemos pasado por tantas votaciones en tan poco tiempo que la gente ya no desea seguir en este propósito. Al mismo tiempo, la gente sí necesita y quiere que le solucionen las demandas sociales que siempre han pedido, ya sea en salud, vivienda y educación, así en la lucha contra la violencia y garantizar la seguridad en las calles".El nuevo texto será sometido a plebiscito el próximo 17 de diciembre. En caso de rechazo, la posibilidad de introducir cambios a la Constitución actual quedaría en manos del Congreso ya que la ley vigente no reconoce un tercer proceso constitucional.