La presidente de Perú, Dina Boluarte, habría sopesado el pedido de la población de adelanto de elecciones generales para este 2023. Sin embargo, la lucha de poderes en el Congreso ensombrece esta posibilidad, porque el legislativo se mantiene firme en su idea de convocar comicios sólo en el 2024. La crisis política y social en Perú se agudiza con el paso de los días. El pedido de renuncia de la presidente Dina Boluarte y el llamado a nuevas elecciones para este 2023 son demandas que la población no piensa negociar. Algunos diarios locales informan que Boluarte estaría de acuerdo con el adelanto de los comicios, pero el Congreso peruano no estaría a favor. “Intereses muy personales” Según Fernando Tuesta, politólogo de la Universidad Católica de Lima y ex jefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), los miembros del Congreso estarían sólo defendiendo intereses particulares. “Es un tema de voluntad política. El Congreso nunca quiso cortar el periodo de su mandato. La vez que votó por el adelanto de elecciones para abril del 2024, que fue el 20 de diciembre del año pasado, lo hizo por presión. Pero, como repito, son intereses muy personales, ni siquiera de bancadas. Todos quieren quedar. En el Perú además no hay reelección, entonces saben que, cortado el mandato, se tienen que ir a sus respectivas casas”, explica. Los rumores de un posible enfrentamiento de poderes entre Boluarte y su primer ministro por el adelanto de elecciones comienza a tomar fuerza, luego de que el funcionario se reuniera con el presidente del Congreso para compartir el nuevo pedido de la mandataria, sin ponerle, al parecer, mucho énfasis. “Hay que recordar que Dina Boluarte no es una persona que tenía una experiencia política. En cambio, Alberto Otálora tiene una mayor seguridad, además ha sido ministro, tiene más recorrido en el ámbito político, y parece ser que él tiene un poder que es real”, subraya el politólogo. “Es necesario que se hagan elecciones este año” Tuesta estima que el adelanto de elecciones para este año es factible, si el Congreso tiene real voluntad política. Sin embargo, de no conseguirse, la renuncia de Boluarte llevaría a una convocatoria de elecciones directa, sin negociaciones. “En el sentido político, es necesario que se hagan elecciones este año. La gente no da más, el país no da más. Esa es la salida política y constitucional posible. Si Boluarte renuncia, le sucede el presidente del Congreso, y la Constitución señala que asume el Gobierno y llama inmediatamente a elecciones. Vamos a ver si quiere, pero efectivamente eso sería una salida”, concluye. La Comisión de Constitución aprobó adelantar la siguiente legislatura del 1 de marzo al 15 de febrero, pero esta decisión debe ser debatida en el Pleno en los próximos siete días hábiles.