Después de más de tres años, Haití reportó este mes un brote de cólera justo cuando el país estaba a punto de ser declarado libre de esa enfermedad. Médicos y organizaciones humanitarias han dado la voz de alarma ante este nuevo brote que se propaga con gran rapidez. “Vivimos una situación caótica. Si esto se expande y no conseguimos frenar la epidemia, pienso que va a ser muy difícil por la situación económica y política que tenemos”, afirma preocupado a RFI el doctor Jimmy Almoza quien trabaja desde la isla para Médicos del mundo. Si los equipos médicos están desbordados ante esta epidemia de cólera, ahora habrá que sumar nuevas dificultades debido al aislamiento de una gran parte de la población que quedó sin acceso sanitario por la falta de combustible que en estos momentos controlan las bandas armadas. “A la gente ahora, como nosotros Médicos del Mundo, nos resulta muy difícil llegar a los lugares para sensibilizar y tratar de dar tratamiento a los casos sospechosos. La gente que tiene cólera no tiene movilidad para llegar al centro. No hay insumos para dar tratamiento a los pacientes que ya tienen cólera”, lamenta Almoza. Muchos dirigentes sociales y políticos ven en este nuevo brote una similitud con lo sucedido en 2010 cuando los cascos azules de las fuerzas de paz de la ONU, desplegados en la isla tras el gran terremoto que asoló el país, introdujeron una epidemia de cólera que ocasionó dramáticas consecuencias. Camille Chalmers es profesor en la universidad pública de Haití y presidente del frente de movimiento social PAPDA. “ES el momento de recordar que en el 2010 las tropas de Naciones Unidas introdujeron en Haití por primera vez el cólera con un balance enorme de pérdidas en vidas humanas. Estamos hablando de entre 30.000 y 40.000 muertos. Y hasta ahora no se ha producido ningún proceso de indemnización frente a la amplitud de la catástrofe sanitaria que desató la epidemia del cólera de 2010”, dice Chalmers. “Es un escándalo, desde la ocupación de la Minustah que duró desde el 2004 hasta el 2017 no hubo ningún cambio real en las instraestructuras sanitarias globales del país. Al contrario, incluso se produjeron retrocesos en algunos casos”, denuncia el profesor. La ONU calcula que 4,7 millones de haitianos, casi la mitad de la población del país, sufren de inseguridad alimentaria aguda. Aproximadamente la mitad de los casos de cólera en Haití son niños menores de 14 años.