El presidente de Estados Unidos Joe Biden aprobó el uso de fondos para ampliar el muro fronterizo con México, una decisión calificada de "retroceso" por su par Andrés Manuel López Obrador. Esto mientras el secretario de Seguridad Nacional Alejandro Mayorkas, el jefe de la diplomacia Antony Blinken y el fiscal general Merrick Garland se encuentran en México para hablar de migración y de una estrategia conjunta contra el tráfico de fentanilo. Como ocurre con el tema migración, la retórica de Estados Unidos y México respecto al creciente tráfico y consumo de fentanilo es disonante. Para Washington, es un problema de salud pública, pues esta droga se ha cobrado más de 100 mil vidas en el país, pero pide a México enfrentar el flagelo con seguridad.El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, acusa por su parte a los políticos estadounidenses de hacer propaganda y utilizar a su país como chivo expiatorio del número récord de sobredosis en Estados Unidos. ¿Puede haber una estrategia conjunta?“México no tiene un problema en materia de salud”“No se trata de una estrategia conjunta, se trata más bien de una serie de directrices impuestas por el Gobierno de Washington al Gobierno de México. Porque México no tiene un problema en materia de salud, sino un problema de seguridad, pero derivado de las imposiciones de Washington”, explica David Saucedo, experto en seguridad.“No hay en México como tal una crisis de consumo de fentanilo, por la más elemental de las razones: para los grupos de narcotráfico que se dedican a la comercialización y fabricación de fentanilo, es más rentable vender el producto en Estados Unidos. En México apenas tienen detectadas 10 ciudades donde hay consumo de fentanilo, son muy pocas. El número de muertes producto de esta nueva droga también es un número reducido”, subraya Saucedo.Entonces, dice, “los grupos de narcotráfico que se dedican a esta actividad comercializan con el objetivo en México de pagar gastos operativos, pero el grueso de la producción, que llega a granel desde China o el empastillado de fentanilo que se genera aquí en México, es llevado a Estados Unidos”.“Estrategia de contención”Toda esta cacofonía que hay en la retórica, tanto de Estados Unidos como de México sobre la estrategia a seguir, trasluce que no hay una política pública para combatir este flagelo del fentanilo.“Lo que hay es una estrategia de contención que tiene distintas vertientes. La vertiente punitiva, persecutoria, la vertiente internacional de presionar al gobierno chino: México se subió a la presión diplomática en contra de China por petición de Washington. Hay una estrategia de difusión del uso de esta sustancia que neutraliza la sobredosis para reducir el número de muertes producto de la ingesta de fentanilo. Hay una presión en contra del cártel de Sinaloa, identificado por Estados Unidos como la organización criminal que más hace envíos de fentanilo. Hay una petición desde la época de Joe Biden para que los puertos del Pacífico sur de México se cierren a los precursores químicos”, detalla David Saucedo.“Sí hay una política pública, lo que falla, evidentemente son los indicadores de éxito. De acuerdo con las propias autoridades estadounidenses, quizá el impacto, en el mejor escenario, sea de tan sólo 20%. Yo creo que es menos todavía. Pero bueno, eso es lo que ellos dicen. Ese es el impacto real de sus políticas. Es decir, pasa el 80% de los precursores del fentanilo hacia Estados Unidos. Esta estrategia global, pero inducida por Estados Unidos hacia México, es una estrategia fallida”, concluye el experto en seguridad.