Impulsadas por miles de millones de dólares de bancos internacionales y firmas de inversión, grandes compañías mineras buscan expandirse por tierras indígenas protegidas en la selva amazónica de Brasil, sostiene un informe publicado este martes. Empresas rechazan acusaciones. No importa que sea ilegal: nueve mineras gigantes, como la brasileña Vale, la británica Anglo American o la canadiense Belo Sun, se suman a la lista de compañías que solicitan a Brasil permiso para explotar las reservas indígenas. 235 empresas mineras del mundo tienen la excavadora lista para entrar a un territorio indígena tres veces más grande que Londres, denuncia informe de la ONG Amazon Watch. “Lo que está en disputa acá es un proyecto de gobierno conducido por el presidente Bolsonaro que, con el sector de agronegocios y explotación petrolífera están abriendo paulatinamente las fronteras para la explotación de recursos naturales sin límites”, advierte Marcelo Gantos, experto en extractivismo y políticas públicas, profesor de la Universidad estatal del norte Fluminense. “Uno de los principales instrumentos que refleja la fuerza hegemónica de este gobierno, en términos de destrucción, es el proyecto de ley 191 que está siendo discutido, preparado con los sectores vinculados a los intereses internacionales por el cual se puede liberar la minería y el garimpo en pequeña escala en tierras indígenas”, asegura. “Esto tiene una consecuencia violenta, que retira el poder de los pueblos originarios de poder vetar tales actividades. Entonces la aprobación la aprobación de esta ley contradice los principios constitucionales y el derecho internacionalmente reconocido a la autodeterminación de los pueblos indígenas en este proceso de la ‘privatización la naturaleza’”, estima Gantos. Expertos denuncian que los gigantes de la minería y grandes inversores fomentan las relaciones locales de desigualdad en Brasil y convierte a los indígenas en cómplices de su propio infortunio. “Desde la llegada de Bolsonaro al poder se ve un aumento significativo de la pobreza pueblos indígenas que posibilita una cierta complicidad o anuencia de liderazgos indígenas en regiones donde los capitales de las mineras financian de forma oculta la avanzada de los futuros emprendimientos. Grupos de garimpeiros independientes negocian con líderes indígenas posibilidades de utilización del espacio del territorio indígenas para la explotación de garimpos de forma semi-clandestina, aprovechando la condición social económica de carencia de estas poblaciones y la ausencia de Estado”, opina. Empresas niegan acusaciones Muchas de las empresas negaron las acusaciones. Anglo American dijo que tenía "solicitudes" heredadas para tierras indígenas que había "retirado total y formalmente hace varios años". Vale afirma haber retirado todas sus solicitudes el año pasado. Belo Sun, Minsur de Perú y Potassio do Brasil dijeron que no tienen ninguna actividad relacionada con el territorio indígena y defendieron su desempeño social y medioambiental. El banco Crédit Agricole dijo en un comunicado enviado a la AFP que "no financia ninguna mina en la Amazonía y no tiene ningún proyecto en desarrollo en esa región". "Hemos contactado a Anglo American y Vale, que nos han confirmado que no poseen ningún permiso de explotación minera en tierras indígenas", agregó la institución financiera. Con AFP