Sin acordar un alto al fuego, el gobierno de Colombia y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) cerraron esta semana en Caracas la primera ronda de negociaciones de paz, con anuncios de liberación de rehenes y acciones humanitarias en zonas del Pacifico afectadas por la guerra entre varios actores armados, principalmente entre la insurgencia del ELN y el Clan del Golfo, grupo criminal ligado al narcotráfico. En entrevista con Radio Francia Internacional, Otty Patiño, jefe negociador del actual gobierno de izquierda para las conversaciones con la guerrilla Ejército de Liberación Nacional ELN, habla de las particularidades y retos de esta negociación que estuvo moribunda durante el anterior periodo presidencial y que constituye la segunda parte de las llevadas a cabo con la guerrilla de las FARC. Uno podría decir que es la última negociación que se hace con un grupo claramente de origen político y con intenciones políticas, lo cual cierra todo un ciclo de la guerra. Una guerra que en este momento es relativamente pequeña, pero (...) si se hace solamente un acuerdo con el ELN, pero allí no llega el Estado, no se instauran seguridades para la población, simplemente se les está despejando el camino para que estos grupos armados ilegales se apropian de los territorios con tranquilidad y sobre todo, si al mismo tiempo no se cambia la actitud de las Fuerzas Armadas en el sentido de cambiar protección de los negocios a la protección de la gente. En muchas partes las Fuerzas Armadas protegen la economía y las grandes economías, ya sean legales o ilegales, y no protegen a la población. Ese cambio fundamental es una de las necesidades que tiene este gobierno. En el primer ciclo de negociaciones que cerró su gobierno y la guerrilla del ELN toma unas medidas puntuales humanitarias en regiones del corredor del Pacífico colombiano, marcadas por una violencia que martiriza a la población y que se ha convertido en eje central del gobierno que usted representa. Además, en ambas zonas tiene presencia la guerrilla, el ELN. El presidente ha hecho un trabajo muy fuerte en Buenaventura, incluso casi desde que él se posesionó no ha habido más hechos violentos en Buenaventura, que era una ciudad agobiada por la violencia que afectaba a los jóvenes, tanto en su calidad de víctimas como de victimarios. Y eso paró. Pero además de eso, la gente que huyó de un territorio vecino del área rural puede retornar con confianza, con tranquilidad, para que pueda recuperar sus propiedades, su trabajo, su cultura. El ELN, el temor que tiene es que se le venga el Clan del Golfo y los agreda, y ellos tengan que pelear con el Plan del Golfo RFI: Que es un grupo paramilitar... Es una empresa del crimen que incluso trasciende las fronteras colombianas, que son las que organizan la migración de gente desde muchas partes del mundo, pasando por el Darién para llegar al estado de sus rutas de narcotráfico. Esa zona tiene un cierto valor estratégico, primero porque está cerca del puerto de Buenaventura, nuestro principal puerto por el Pacífico; pero además de eso, porque es una salida de ruta de narcotráfico a través del río San Juan, el Calima, que está al frente del Pacífico, y que rutas importantes para el negocio. RFI: Con esta situación que usted describe, uno puede imaginarse que es impensable que el ELN piense en hacer un cese al fuego, si la situación es un contexto de guerra, digamos, frente a otros grupos. No, yo creo que sí pueden hacerlo. Digamos si sienten que por acción de la misma fuerza militares, pero también por acción del gobierno, a través de conversaciones, empiecen a trabajar conversaciones disuasiva para que ataquen lo que uno podría llamar un territorio de paz. Yo sí creo que el ELN no va dejar las armas, pero sí vamos a hacer una tregua tanto en las acciones de guerra como también en las hostilidades contra la población, creo que eso sí es posible lograrlo. RFI: Siempre y cuando tenga confianza de que no habrá ventaja militar de parte de las fuerzas Armadas estatales. Es elemento de ventaja, digamos. Hay que mirarlo de la siguiente manera: la pretensión de este gobierno es que las fuerzas militares pasen de ser una fuerza de guerra a ser una fuerza de paz, de tal manera que ahí no se mire tanto el dominio territorial, es decir, nosotros como gobierno tenemos derecho y obligación de tener un dominio territorial en toda parte. Dominio para garantizar el estado social de derecho y no digamos un dominio para ejercer, para apoyar o no a determinados fuerzas armadas ilegales. Si la actitud de las Fuerzas Armadas es la protección de la población civil y el ELN no empieza a atacar la población civil, ni tampoco en virtud de defenderse de otras fuerzas ilegales exageraciones ofensivas, pues, digamos, el esquema y el planteamiento del conflicto allí se empieza a desbaratar. Ese es un poco el sentido que tiene. Escuche la entrevista completa haciendo clic en el audio ??