Reputada como un paraíso, Hawái se convirtió en un infierno a causa del incendio que arrasó la localidad de Lahaina, en la isla de Maui, causando al menos un centenar de muertos, si bien las autoridades temen que la cifra se pueda triplicar. RFI recogió el testimonio de dos habitantes sobre lo que espera a los sobrevivientes, en particular, a los migrantes latinoamericanos. El guatemalteco Roland Monzón se encontraba en Hawái por motivos familiares cuando ocurrió la tragedia. "Ese día tuvimos aquí vientos de unos 50 kilómetros por hora. Yo salí a caminar un poco ese día y el viento me empujaba. Esos vientos fueron los que provocaron que el incendio fuera mucho más grande en toda el área de Maui. Además, como hay mucha madera, el bosque y los techos, también muchas estructuras de madera, el fuego se propagó muy rápido. La gente trató de huir, algunos se lanzaron al agua y otros tomaron sus vehículos. Algunos tuvieron que bajarse de los vehículos y trataron de escapar como pudieron", dijo Monzón a RFI.La comunicación con Maui es ahora mismo imposible, a no ser a través de los militares o por la ayuda de urgencia. Monzón precisa que "el acceso para turistas y para los ‘no locales’ está efectivamente cerrado. No se puede entrar a la ciudad de Lahaina. Mucha gente que está buscando a sus familiares desaparecidos tiene que hacer cola afuera. Las autoridades los tienen varados ahí, no los dejan pasar, pero ellos no se quieren retirar e insisten en buscar a sus seres queridos", explica.Según las autoridades del condado de Maui, las llamas destruyeron más de 2700 inmuebles en la región occidental de la isla, en su mayoría residencias. Esto representa el 87% de los hogares. Por eso, la prioridad de los voluntarios y las ONG es asistir y dar cobijo a los miles de desplazados, entre ellos, a los inmigrantes.Alejandra Guadalupe Ramírez, originaria de Lahaina, presta ayuda a varios de ellos procedentes de América Latina. "Mucha gente de Lahaina trabajaba en los hoteles y los restaurantes. Todos ellos se quedaron sin nada, perdieron sus casas, sus empleos y todo su dinero. Lo peor de todo es que no tienen pasaportes ni cualquier otro tipo de documento de identificación para poder irse de la isla. Están bloqueados. Ahora estamos tratando de conseguir dinero para esos inmigrantes, pues ellos no van a poder aplicar a las ayudas del gobierno. Cuando yo fui al voluntariado el primer día, conocí a una familia de cubanos. También hay argentinos, mexicanos, guatemaltecos, hay de todo. Uno de los problemas más grandes que estamos viendo es que los consulados no quieren venir a Maui, no quieren venir porque piensan que es peligroso. Eso es muy triste", subraya.Las autoridades han lanzado varias investigaciones para descubrir por qué no hubo sirenas que alertaran a la gente del peligro o por qué la compañía eléctrica no cortó la corriente a tiempo. Estos incendios son los más letales del último siglo en Estados Unidos.