Un tribunal argentino inició este 14 de septiembre el juicio contra el expolicía Mario Sandoval, extraditado en 2019 desde Francia por los cargos de desaparición y torturas a un estudiante durante la dictadura, e involucrado en cientos de otros casos de represión. Luego de 46 años de espera por justicia, la familia de Hernán Abriata, quien desapareció de manera forzada en 1976, tuvo la oportunidad de confrontar en el tribunal al exinspector de la policía Mario Sandoval, acusado de participar en el secuestro, la tortura y desaparición de Abriata y otros jóvenes durante la dictadura militar del general Jorge Videla. “Marcados de por siempre” Durante la lectura de querella los familiares estuvieron presentes, así como varios sobrevivientes del centro clandestino de reclusión a donde eran llevados. Uno de ellos es Carlos Loza, quien estuvo cautivo junto al joven estudiante de arquitectura, y nos cuenta que volver a ver al expolicía, removió en él terribles recuerdos. “Removió todo ese recuerdo porque nosotros compartimos con otros compañeros cautiverio con Hernán. Estuvimos con él dos semanas aproximadamente y esto nos remueve porque hablábamos levantándonos la capucha hasta los ojos. (…) Por supuesto, no nos conocíamos de antes, pero esos días bastaron para dejarnos marcados de por siempre, hasta el último día de nuestras vidas”, explica Carlos Loza. Probar la responsabilidad Sol Hourcade, abogada querellante en juicios de lesa humanidad por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), destaca que el inicio de este proceso, más allá de buscar una sentencia, actualiza el reclamo de las familias por justicia. “Va a depender de cómo durante los alegatos terminen calificando los hechos, pero podría ser una pena de hasta 25 años que podría enfrentar de considerarlo responsable. Generalmente, lo que queremos acreditar es la responsabilidad de la persona procesada por delitos de lesa humanidad. En ese sentido, lo que esperamos es que se pueda probar durante el debate esa responsabilidad y que así lo considere el tribunal. Esperamos que esa responsabilidad comprenda tanto la desaparición, la privación ilegal de la libertad de Hernán Abriata y todos los tormentos que sufrió durante su cautiverio en la ESMA”, detalla la abogada. El expolicía, que se encuentra en prisión preventiva, en su presentación ante el tribunal negó las acusaciones y demandó la nulidad de los cargos. Sin embargo, todos sus reclamos fueron rechazados. Sin duda se trata de un juicio que reabre dolorosas heridas en la sociedad argentina.