Este lunes fueron asesinados en México dos sacerdotes jesuitas dentro de una iglesia rural en el estado de Chihuahua, en la sierra Tarahumara, una zona que ha sido copada por el crimen organizado. Los dos curas llevaban décadas dedicados a las misiones indígenas de la Comunidad de Jesús, que reclama justicia y protección a las autoridades mexicanas. Javier Campos Morales, de 79 años, y Joaquín César Mora Salazar, de 80 años, fueron asesinados a balazos en su iglesia, en el poblado de Cerocahui, una comunidad indígena de la sierra de Chihuahua. El atacante armado venía buscando a otro hombre que se había refugiado en el templo católico y que también fue asesinado. La dirección jesuita, conmocionada por estos homicidios, reclama que los criminales devuelvan los cuerpos que se llevaron de la Iglesia nada más cometer el crimen. Jorge González Candia es sacerdote y asistente del Sector Social de la Compañía de Jesús. Jorge González Candia - Pedimos la entrega de los cuerpos y la investigación de los hechos. Creemos que lo ocurrido tiene mucho que ver con la situación que vive el país. Pedimos un cambio en la política de seguridad. Se necesita otro tipo de estrategia, más local, con mayor investigación, con una mejor actuación, con una mejor coordinación. Eso es lo que vemos que está fallando tanto en el gobierno federal como en el estatal. RFI - ¿Cómo es la sierra de Tarahumara, donde tuvieron lugar los asesinatos? ¿Hay gran infiltración de grupos criminales en la zona? Jorge González Candia - Es una extensión grande. Está habitado por el grupo indígena Raramuri. Los jesuitas han atendido esta zona. Son comunidades muy separadas. Son zonas muy abandonadas, alejadas de las instituciones y sí hemos visto como las zonas indígenas han entrado en un proceso de descomposición social. Están siendo controladas por el crimen organizado y en la Tarahumara en especial controlan la venta de cigarros, la venta de cerveza, la renta de las empresas mineras. Ejercen un control terrible sobre la zona. RFI - ¿Temen por la seguridad de las otras parroquias jesuitas en zonas indígenas? ¿Van a retirar a sus religiosos? Jorge González Candia - Hasta ahora no habíamos tenido algún problema de seguridad, no habían pasado ese límite. El sacerdote era respetado, era el mediador entre estos grupos [criminales]. Tenía la autoridad moral. Los jesuitas se sentían en confianza de andar en los caminos. Ahora que se rompió esto por parte de ellos, nos preocupa lo que eso va a significar para las otras parroquias en las que estamos, donde también hay presencia de estos grupos. Nuestra decisión es continuar nuestra misión en estos lugares. Vemos la necesidad. Más bien estamos analizando el cómo. Cómo continuar, protegiéndo la vida de nuestros hermanos. Pero sí, nuestra decisión como equipo gobierno es continuar en estas zonas, y más en estos momentos. A la comunidad le asesinaron su párroco, eso es muy grave. Es un miedo de "si lo hicieron con el párroco, en cualquier momento lo pueden hacer con nosotros". Creemos que es necesario reforzar la solidaridad y la presencia en estas comunidades. RFI - ¿Creen que las autoridades mexicanas serán capaces de traerles justicia? ¿Confían en que serán capaces de arrestar al responsable? Jorge González Candia - Yo creo que el tema no es de confianza, es de capacidad. Yo creo que, al gobierno, tanto federal como a los gobiernos estatales, les está costando entender la situación de este problema, la complejidad del fenómeno de la violencia y esto no se va a resolver tomando al cabecilla metiéndolo preso. Esto no se va a resolver así. Tiene que ver con institucionalidad. Se necesita una renovación de la institucionalidad municipal, se necesita una capacitación de la policía, se necesita una organización comunitaria, se necesita que no haya impunidad. Es un cambio cultural, de recuperar la dimensión comunitaria de estas comunidades. Atender toda la cuestión cultural que desgraciadamente viene del norte, que individualiza a las personas que dejan de ver lo importante de la familia, de la comunidad, la fiesta la asamblea, el sistema de cargos. Es todo un cambio que se necesita hacer y eso es muy difícil que lo entienda el gobierno porque tienen periodos de 3 años o de 6 años y esto implica procesos a largo plazo y eso no lo quieren hacer, por lo que hemos observado. Unos 30 curas han sido asesinados en la última década en México, según la ONG Centro Católico Multimedial.