Honduras ha decretado la alerta en 64 municipios por las pérdidas provocadas por la sequía, en ganado y cultivos. Por ese pais atraviesa el Corredor Seco Centroamericano, una zona vulnerable al cambio climático que incluye a Costa Rica, Nicaragua, El Salvador y Guatemala. Para solucionar esta crisis la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la FAO, tomó una serie de acciones para adaptar la agricultura a los nuevos desafíos climáticos. Por Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala atraviesa “El Corredor Seco Centroamericano”, una zona vulnerable al cambio climático y víctima de sucesivas crisis alimentarias. De los 10 millones de personas que habitan allí, el 80% de los pequeños productores viven en la pobreza. Para solucionar esta crisis la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sugirió una serie de acciones para adaptar la agricultura a los nuevos desafíos climáticos.El primero paso es la elaboración de unos mapas regionales que permitan situar los riesgos del cambio climático. Se trata de una decisión acertada para el biólogo Isaías Ramos González, del Centro de Incidencia Ambiental de Panamá ya que "después de la pandemia de coronavirus una de las cosas notorias en Latinoamérica, era que había que iba que incentivar la producción agrícola porque eso garantizaba, que por lo menos la calidad de vida de la población campesina indígena, que se encuentra en esos sectores, no se viera tan afectada por los aumentos externos". Según datos del Centro de Incidencia Ambiental de Panamá, el 17% de la población económicamente activa de ese país trabaja en esa zona, "es decir que lo que se implementaría es aumentar la producción agropecuaria que ya existe allí, en donde la biodiversidad es baja, pero ya la actividad ganadera y agrícolas se está dando que es la que sustenta los modos de vida en la mayor parte de las provincias de lo que aquí en Panamá se denomina el interior de la República, el sector primario", explica González.Las tonalidades de Panamá, vistas desde el espacio, varían y dividen al país: un verde selva hacia el Caribe y un verde de cultivos resalta hacia el Pacífico, la región donde se debe incentivar la agricultura.