Bolivia rompió esta semana relaciones diplomáticas con Israel mientras Colombia y Chile decidieron llamar a consultas a sus embajadores en el Estado hebreo. Después de la guerra en Ucrania, Latinoamérica vuelve a marcar posiciones y alineamientos en el ajedrez global con el conflicto en Gaza. Para analizar la situación, RFI conversó con Víctor Mijares, director del Observatorio de Seguridad Global en Colombia. RFI: Frente al conflicto en Gaza, Bolivia fue el primer país de la región en romper relaciones con Israel. ¿La izquierda de gobierno en América Latina se encamina a este tipo de escenarios?Víctor Mijares: Hay una tradición de tener una relación muy cercana con la causa palestina por parte de la izquierda mundial y muy específicamente la latinoamericana. Y es muy probable que, si bien no todos los gobiernos de izquierda tomen la misma decisión, sí podría haber una tendencia a un distanciamiento e incluso una crítica, en algunos casos mucho más directa y otros casos más indirecta, a las acciones militares que está tomando Israel sobre el territorio de Gaza en contra de Hamás. Sobre esto se ha hablado mucho, se ha discutido acerca de distintas izquierdas y distintas derechas, pero parece que cuando nos encontramos en situaciones de crisis como esta nueva guerra en Oriente Próximo, pues la polarización vuelve a sus niveles más extremos y también más simplistas en cuanto a esa ubicación ideológica, por parte sobre todo de los gobiernos latinoamericanos.RFI: Por ejemplo, Colombia, ¿qué posición ha tomado desde el principio del conflicto? Víctor Mijares: La posición de Colombia ha sido tomada directamente por el presidente Petro, incluso desautorizando a la propia Cancillería de Colombia que había tenido de algún modo una posición bastante cercana a Israel. Recordemos que Colombia tiene a Israel como su segundo proveedor en materia de armamento. La posición del presidente Petro ha sido la de crítica muy, muy dura directamente a Israel, y a su vez se le ha criticado a Petro de no haber hecho ningún tipo de señalamiento en contra de Hamás. Porque muchos países latinoamericanos, como por ejemplo el Brasil de Lula, sí mantuvieron una posición de cuestionar y de condenar a Hamás y luego criticar a Israel por las acciones en Gaza.RFI: Entonces digamos que Brasil ocupa ahora una especie de zona gris. ¿Qué postura está tomando y qué objetivo podría tener? Víctor Mijares: Este nuevo Gobierno de Lula es un poco el relanzamiento de la política exterior brasileña. Pasa también por tratar de ser un mediador. Por supuesto, aquí el juego es muy difícil. Es muy difícil porque es el juego de la equidistancia estratégica que está tratando de llevar adelante Brasil. Con lo cual queda muy difícil, no solamente por su poco peso económico y militar en el mundo, sino también por sus dificultades internas y frente a esas polarizaciones tanto domésticas como internacionales, que pueda efectivamente asumir un rol mediador en un conflicto tan difícil como este.RFI: Si hablamos en cuanto a población, vemos posiciones muy distintas entre la chilena y la argentina, por ejemplo. Chile tiene la mayor población descendiente palestina, mientras que Argentina tiene una gran población judía. ¿Qué papel juegan esas comunidades a la hora de pesar en cuanto a relaciones y diplomacia? Víctor Mijares: Estas comunidades son muy importantes porque hacen por supuesto todo el cabildeo para tratar de llevar a sus gobiernos a tomar ciertas decisiones. Desde el punto de vista de la población en general, pareciera que más allá de algunos grupos movilizados, los asuntos internacionales -sobre todo asuntos apremiantes como la guerra de Ucrania o la guerra en Gaza- no están convocando tanto a la opinión pública latinoamericana. Se siguen viendo como problemas muy lejanos, que ya se ha entendido que tienen repercusiones en materia económica, por ejemplo, como lo vimos con la invasión de Rusia a Ucrania y todo el impacto que tuvo en combustibles, en fertilizantes, alimentos, etc., pero se siguen viendo como temas lejanos.