En entrevista con RFI, David Recondo, investigador en temas polÃticos y electorales de México en la Universidad Sciences Po de ParÃs, estima que la presidenta electa mexicana, Claudia Sheinbaum, 'sabrá cultivar su propio margen de maniobra cuando esté encabezando el gobierno federal' y recuerda que ella tiene 'su propia trayectoria polÃtica, su propio militantismo en la izquierda'. La presidenta electa mexicana, Claudia Sheinbaum, afronta un mandato con una serie de desafÃos ya habituales en México, como la lucha contra la violencia, ya sea ligada al narcotráfico o contra las mujeres, asà como la inmigración o la falta de fondos públicos.Sin embargo, hay otro aspecto que puede resultar singularmente complicado: la relación con el estamento militar. Su predecesor, Andrés Manuel López Obrador, mantuvo una buena relación con los militares, formalizada en una serie de concesiones en la gestión de grandes infraestructuras como el Tren Maya o empresas como aerolÃneas e incluso en la seguridad pública.Sheinbaum ha dicho que esos acuerdos podrÃan ser revisados. Cualquier cambio podrÃa tensar la situación, advierte a RFI David Recondo, investigador en temas polÃticos y electorales de México en la Universidad Sciences Po de ParÃs."Lo más delicado es el rol de las Fuerzas Armadas en seguridad pública, pero también en el manejo de ciertas obras de infraestructura, aeropuertos, aduanas y el famoso Tren Maya. Es una situación difÃcil. Quizá sea muy difÃcil que pueda realmente deshacer el arreglo que hizo el presidente saliente y decir que tiene que revisarse. Para ello, tendrÃa que darle al ejército ciertas garantÃas. Conservar lo que han tenido hasta ahora, esencialmente, manejar el presupuesto relativo a la defensa y los presupuestos que corresponden no lo veo demasiado complicado, si bien pueden presentarse resistencias si se trata de reducir de alguna manera la intervención del Ejército en ciertos ámbitos de la economÃa".Sheinbaum tiene su propio capital polÃticoLa popularidad del presidente saliente, López Obrador, sirvió a Sheinbaum para cimentar su victoria, pero, ¿hasta qué punto puede desligarse de las polÃticas de AMLO, su predecesor?"Sheinbaum no ha dado una señal clara de divergencia o de cambio de orientación en comparación con lo que ha hecho hasta ahora Andrés Manuel López Obrador. Lo único que podemos decir es que ella tiene su propio capital polÃtico. Sheinbaum no es alguien que le deba a AMLO la posición que tiene ahora. Ella no le debe toda su legitimidad al presidente saliente. Ella tiene su propia trayectoria polÃtica, su propio militantismo en la izquierda. Por eso, ha ganado la posición que tiene. Va a saber, yo creo, cultivar su propio margen de maniobra cuando esté encabezando el gobierno federal".