El Salvador está en estado de emergencia desde el domingo tras generarse el día más sangriento en el país desde el final de la guerra civil hace 30 años. Esta medida fue tomada por el gobierno después de que las pandillas del país participaran en una matanza el sábado, en la que dispararon indiscriminadamente a vendedores callejeros, pasajeros de transporte público y clientes del mercado. En menos de 24 horas, el gobierno salvadoreño detuvo a más de 600 pandilleros como respuesta al atroz fin de semana donde se llegaron a reportar 87 asesinatos. Mientras el gobierno de Bukele despliega el estado de emergencia con capturas, patrullajes y allanamientos a los pandilleros, la población se sigue preguntando a qué se debe tanta violencia puntual. “Esto se debe exclusivamente al accionar de las pandillas y este es el tercer repunte de la Administración Bukele, el primero fue en abril del 2020, el otro al final del 2021. Hay que entenderlos como en el marco de las negociaciones y acuerdos (sobre reducción de homicidios) que han estado produciéndose en el transcurso de su gobierno”, dice a RFI Juan José Martínez D’Aubuisson, antropólogo en la Universidad de El Salvador y uno de los más reconocidos investigadores sobre las maras y pandillas en el país centroamericano. “Para poder gobernar hay que sentarse con las pandillas, pero lo han hecho de las peores formas y de espaldas a la población”, asegura a RFI el experto.