El de 6 de enero de 2021, miles de seguidores de Donald Trump se concentraron en el Capitolio para protestar contra la elección de Joe Biden porque consideraban que se había cometido fraude durante los comicios. Entre los agentes que estaban defendiendo el Capitolio se encontraba el sargento Aquilino Gonell. Entrevista. El 6 de enero de 2021, partidarios del expresidente republicano Donald Trump invadieron el Capitolio cuando los legisladores estaban certificando la victoria de su rival demócrata, Joe Biden, en las elecciones presidenciales de 2020. Entre los agentes que estaban defendiendo la sede del Congreso ese 6 de enero estaba el sargento Aquilino Gonell. Este hombre de 43 años, veterano de la guerra en Irak y de origen dominicano, estuvo durante horas en el túnel que da acceso al Capitolio impidiendo el paso de los asaltantes. Ha sido uno de los 1.000 testigos escuchados por la comisión de investigación. “Estuve a segundos de sacar mi arma” Gonell asegura a RFI, desde Virginia donde reside, que ese día temió por su vida: “Yo llegué a un punto que casi saco mi pistola para defenderme. En ese momento no pensé mucho pero sí me acuerdo de haber pensado ‘tengo que sobrevivir y tratar de dar un golpe más’ a la persona que me estaba jalando, y pataleándole le pegué con el pie y con la mano derecha, lo logré pero estuve a segundos de sacar mi arma y empezar a disparar”. Pero no terminó ahí: “Ahí empezaron a tirarnos spray pimienta, a usar láser para hacernos daños en los ojos, a golpearnos con los equipos que nos habían quitado, tubos de metal que se usan para las banderas. De un momento a otro empezaron a empujar tan fuerte que ya no podía mover mis manos, casi no podía respirar”, cuenta. “Luego de ese momento, como una hora, viene otro policía del Metropolitan Police y me releva. Yo voy al baño, regreso, y cuando ya he regresado, ahí fue que me di cuenta que la persona que me relevó fue extraída y llevada dentro del grupo de los que estaban haciendo la huelga. Ese oficial se llama Michael Fanone, a veces me siento culpable porque a él le pegaron, le hicieron taser, tuvo un ataque cardíaco, y estoy seguro de que lo que le pasó a él quizás me hubiera pasado a mí. Quién sabe si hubiera sobrevivido a este momento, aparte de las cosas que ya me habían pasado”, lamenta el sargento. “Ese día todo fue planeado” De la comisión de investigación, espera “que se haga justicia, y que las personas que orquestaron todo sean puestas públicas para que la gente se dé cuenta de a qué nivel llegó esa conspiración. Lo que pasó ese día no fue una coincidencia, ese día todo fue planeado, después de que pasaron las elecciones, al día siguiente, empezaron a tramar esto”. “La democracia en ese país nunca se había visto tan afectada como ese día, casi tuvimos un golpe de Estado. Creo que una de las cosas que hizo que eso no pasara fuimos los policías, porque si hubiéramos empezado todos a disparar, el presidente hubiera declarado el Martial Law, se hubiera quedado en el poder, pero necesitaba una excusa para ejercer esa ley”, recalca Aquilino Gonell. Las heridas aún no están cerradas: “Fue muy grave para mí porque todavía no he vuelto al trabajo en mi posición original, en la que estaba ese día. He tenido dos cirugías, las dos han sido largas, dolorosas, y estoy marcado de por vida, al punto de que no voy a recuperar al 100%, más el trauma mental”, concluye. Aquilino Gonell aún no sabe cuándo podrá volver a su puesto de trabajo. De momento, está escribiendo un libro que ya tiene título: La traición americana: el sargento inmigrante que defendió la Democracia.