La pobreza en Argentina alcanzó a 40,1% de la población al cierre del primer semestre de 2023, según cifras oficiales publicadas este 27 de septiembre, a semanas de una elección presidencial marcada por la crítica situación económica. El instituto estadístico estatal Indec informó además que la indigencia, que señala a las personas que no alcanzan a cubrir los gastos alimentarios básicos, se ubicó en 9,3%. Una situación que empeora mes a mes porque la inflación sigue desbocada. Tres factores explican el alto porcentaje de pobreza en Argentina, el primero es de índole estructural. Tras un pico del 52% tras la crisis del 2001, el porcentaje se estancó a partir del 2008 en un 28% con algunos altibajos. Una tasa que nunca se ha podido revertir.Clase media afectadaEl segundo factor es la pandemia que paralizó la producción y el comercio, y el tercero, la inflación estratosférica actual del 120% anual. Esto ha generado el nacimiento de nuevos pobres. “Hay una inflación que carcome y cada vez limita más la capacidad de compra de la familia. Los nuevos pobres son gran parte de esa clase media afectada”, explica Eduardo Donza, investigador del Observatorio de la Deuda Social Argentina en la Universidad Católica Argentina.“Argentina se caracterizó, a diferencia de otros países de América Latina, al tener una clase media muy expandida, gran parte de la población era de clase media. Teníamos también lo que se denomina movilidad social ascendente. Los hijos están mejor que los padres y esos padres estuvieron mejor que sus abuelos. Esa es otra cuestión que se rompió, que no es tan generalizada como era antes”, detalla.“Escenario laboral precarizado”Una situación muy preocupante, señala Donza, que pasa por salir de la precarización del mercado laboral: “La situación es preocupante, sobre todo por la tendencia que tiene Argentina de ir deslizándose a cada vez situaciones peores. Ya hemos probado diferentes tipos de gobiernos con diferentes pensamientos, tanto políticos como económicos, y ninguno logró la solución total”, estima.Sobre todo, recalca el investigador, “porque la calidad de vida de la población está muy asociada a la calidad del mercado de trabajo. Y el escenario laboral argentino es un escenario laboral precarizado. Hay solamente un 35% de los trabajadores ocupados que están en un sector dinámico, formal de la economía, como sería una economía de un país central”.“Es la estructura productiva que no pudo acompañar el crecimiento del país y el crecimiento poblacional, y no pudo generar los puestos de trabajo. En eso habría que focalizar para encontrar la solución”, concluye Eduardo Donza.