El rechazo el pasado domingo a la ambiciosa reforma energética en México no ha frenado los planes del presidente Andrés Manuel López Obrador para las reservas de Litio. El mandatario mexicano pretende nacionalizar este metal, cada vez más preciado y clave en la transición energética. Lo encontramos en baterías, en coches eléctricos y juega un papel fundamental para almacenar las energías renovables. El litio es el nuevo "petróleo blanco". Regiones de México como Sonora son ricas en este preciado metal, que ya ha desatado una nueva guerra de recursos. La intención del mandatario Andrés Manuel López Obrador es otorgar su explotación exclusiva al Estado. Esto deja en el limbo jurídico a empresas privadas que ya operan en yacimientos del país. Además, podría violar tratados internacionales, especialmente con Estados Unidos y Canadá. “Hay más tintes ideológicos y políticos que fundamentos técnicos. Los bienes nacionales como el petróleo y el gas deben ser resguardados por los gobiernos. En todo el mundo hay restricciones al respecto”, apunta para RFI Francisco Ortiz, profesor investigador de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Panamericana. El economista afirma que una sobrerregulación podría llevar a repetir errores del pasado, como la "maldición" de PEMEX, Petróleos Mexicanos. “Lo más sensato sería tener una regulación que permita dar concesiones a empresas privadas nacionales y extranjeras”, agrega. El antecedente de Uramex Según las primeras estimaciones, el territorio mexicano podría atesorar el 2% de las reservas mundiales de litio. Una cifra considerable, aunque muy por detrás del triángulo Argentina-Chile-Bolivia, que acapararía el 20%. Son cifras estimativas y aún por investigar en el caso de México. “Cuando quede claro lo que se quiere hacer con el litio, hay que ver si la inversión enorme que se quiere realizar en esa nueva industria”, precisa la Marina Rincón, del Instituto de Energías Renovables. Rincón apunta el error que se cometió con Uramex. “Se invirtió mucho dinero para crear una industria y aprovechar del uranio. Y resultó que eso no prosperó”. La guerra en Ucrania, o la demanda china de cada vez más litio, son una oportunidad económica para México. Sin embargo, muchas voces resaltan a los efectos negativos, como la sobreexplotación minera.