Argentina adoptó este miércoles una nueva ley que impone un nuevo etiquetado a los alimentos. Ahora un gran octógono negro informará a los consumidores de si el producto contiene exceso de grasa, azúcar o sal. El texto busca luchar contra el sobrepeso, que afecta a un 66% de los argentinos, y la obesidad, que afecta a un 32%. Ambas traen consigo graves enfermedades como la hipertensión o la diabetes. El octógono es negro, bastante grande y con letras blancas, muy visibles. Se parece a una señal de stop de tráfico. A partir de ahora va a estar presente en Argentina sobre todas las latas de soda, alertando de su exceso de azucares o sobre las bolsas de papas fritas, alertando de su exceso de grasas. El objetivo es informar al consumidor del riesgo que estos alimentos acarrean para su salud a largo plazo. Alrededor del 44% de las muertes en las Américas, cerca de 3,1 millones, son causadas por la hipertensión arterial, la hiperglucemia en ayunas, y la obesidad y el sobrepeso, según la Organización Panamericana de la salud (OPS). La industria alimentaria tendrá 180 días para adecuarse a la nueva ley, que también traerá otros cambios al paisaje alimenticio argentino como desgrana el doctor Fabio Da Silva Gomes, desde la OPS, impulsora del texto. “Por ejemplo, si el producto es excesivo en azúcar, tendrá restringida la posibilidad de indicar que es rico en vitaminas o que es bueno para el tránsito intestinal. Sabemos que esas declaraciones de propiedades cambian la decisión del consumidor en favor de comprar esos productos. Además, no podrán llevar una publicidad dirigida a niñas y niños, y también se restringirá su presencia en el ámbito escolar.” Además de los excesos de sodio, grasas o azucares, se deberá indicar si el producto contiene cafeína o edulcorantes, dos componentes no recomendados para consumo infantil. Los productos que más octógonos alertadores van a llevar van a ser los que menos se parecen a un alimento de verdad, los temidos ultraprocesados. “Intentan imitar a los alimentos, pero no lo son. Casi no contienen ingredientes que son alimentos. Su composición son mezclas de grasas, harinas, aceites, sal. Usan cosméticos para dar sabor, olor, textura, para transmitir la idea de que alimentan. Y casi el 100% de esos productos tienen excesos”, apunta el doctor Da Silva Gomes. Esta ley se ha inspirado en otros países de la región, donde los octógonos negros ya dieron frutos. El primer en implementarlos fue Chile en 2016. En el país andino, el sector de la alimentación ha cambiado para bien, según la nutricionista Leila Guarnieri de la Fundación interamericana del corazón Argentina, que ha contribuido a la ley en Argentina. “La compra de bebidas azucaradas en Chile, a partir de la implementación de la ley se redujo casi un 24%. Y también, en grupos focales que se hicieron con madres, se vio que ellas quizá elegían ciertos productos creyendo que eran saludables. A partir de contar con esta ley se dan cuenta de que no lo son y han cambiado sus patrones de consumo.” El texto busca aportar claridad a la hora de escoger qué comprar. “Hoy en día en Argentina, la información nutricional presente en los envases de alimentos es muy confusa y engañosa. Justamente la información sobre los nutrientes críticos [sal, azúcar, grasa] no se comprende,” lamenta Leila Guarnieri. “Hay una tabla nutricional que solo el 13% de la población entiende. Eso lleva a que se vean como saludables productos como cereales de desayuno o yogures que, analizándolos, se parecen más a una golosina. Ahora estos productos van a tener un sello que tiene un sello que detallara el exceso de azúcar. Se busca que tengamos información clara, para que, en pocos segundos, en el supermercado, podamos escoger los productos sin sello [octógono].” El impacto de la medida en Argentina todavía está por estimarse, pero en México, un etiquetado similar reducirá en un 15 por ciento la obesidad en los próximos años, según la OPS.