Argentina superó este martes los 75.000 muertos por covid-19 mientras cumple desde el sábado un confinamiento por nueve días para frenar los contagios, que lo ubican entre los países de mayor índice por millón de habitantes en la región. En Argentina, la imagen de una joven enferma de Covid, tumbada en el suelo de un hospital de Santa Fe esperando una cama, conmocionó al país. La mujer de 22 años, que tenía diabetes, tuvo luego una cama y fue atendida pero falleció. Muchas historias como éstas se viven en este momento en los hospitales argentinos que enfrentan el peor momento de la epidemia de coronavirus. “No ocurre todo el tiempo, pero sí está sucediendo en todas las ciudades, a lo largo y ancho de todo el país”, dice a RFI la médica integrante de la Sociedad Argentina de Infectología, Elena Obieta. “Gente que espera para poder ser asistida, que espera poder tener una cama, que espera poder llegar a la terapia intensiva. Y probablemente cuando lo logra ya es tarde”. El país tiene más de 3,6 millones casos positivos de coronavirus, y más de 75.000 muertes por Covid-19, según cifras del Ministerio de Salud. Argentina atraviesa desde hace semanas un aumento de casos y de muertes diarias. Según el último reporte oficial la ocupación de unidades de terapia intensiva a nivel nacional alcanzó el 74,1%, incluyendo tanto el sector público como el privado. La proporción se eleva a 75,2% en las terapias intensivas de la capital y su periferia, donde habitan unos 13 millones de personas. “Estamos en una situación mucho peor que la primera ola”, dice Obieta. “En este momento hay ciudades grandes como Rosario [300 km al norte de Buenos Aires], por ejemplo, o ciudades en Neuquén o Bariloche [ambas en Patagonia, sur del país] que no tienen camas disponibles en la terapia intensiva. Y no es solamente la disponibilidad de una cama, es [también la disponibilidad de] un respirador, un médico terapista, un enfermero, un kinesiólogo que puedan atenderte. ¿Por qué esto sucede? Porque tenemos muchos casos positivos, por día más de 35.000 [casos nuevos]. Y esto con un ritmo de vacunación que aún no ha alcanzado a los que tienen que llegar. Quizá se está vacunando, aunque sea con una dosis, a los demás de 60 años, pero hay una gran cantidad de gente que tiene entre 18 y 59 años, con factores de riesgo, como fue el caso de esta niñita de 22 años. Ella tendría que haber estado vacunada, pero todavía no le había llegado la vacuna”. Argentina recibió el miércoles 26 de mayo 657.600 dosis de la vacuna AstraZeneca proveniente de Amsterdam a través del mecanismo Covax. El mismo día también arribó desde Moscú un nuevo cargamento de 470.035 dosis de la vacuna Sputnik del laboratorio Gamaleya con el cual Argentina superó las 15 millones de dosis recibidas. El pasado lunes el país recibió un embarque con 843.000 vacunas provenientes de Estados Unidos que representan la primera partida de inmunizantes de AstraZeneca-Oxford hechas con principio activo producido en Argentina, de un total de 22,4 millones de compras del país sudamericano. Desde que inició la campaña de vacunación el 29 de diciembre pasado ya han sido aplicadas unos 11,46 millones de dosis por la que fueron inmunizadas 8,9 millones de personas con una dosis y 2,5 millones con el esquema completo de dos aplicaciones. Nuevo confinamiento Ante la grave situación el gobierno decretó un confinamiento con restricción de movilidad de la población durante nueve días, que comenzó el sábado 22 de mayo. Las nuevas restricciones dividen a la sociedad, en un país que comenzaba a tener signos de reactivación luego de tres años de recesión agravados por la pandemia en 2020, año en que el Producto Interno Bruto se derrumbó 9,9%. “Hubo un relajamiento por un cansancio de las medidas de cuidado”, dice Obieta. “No olvidemos que tuvimos la cuarentena más larga del mundo. Entonces la gente se dijo 'Basta. Tengo que salir a trabajar'. En Argentina hay hasta un 40% de empleo informal. Es decir el que no trabaja no come. Todo el relajamiento que vimos en el verano, las fiestas navideñas, el entierro multitudinario de Maradona, mítines políticos, marchas a favor o en contra del aborto, fueron eventos súper diseminadores de esta infección. [A eso] hay que sumar el ingreso de nuevas cepas como la de Manaos, que es más contagiosa. Y ahora viene el frío, entonces la gente se encierra, no ventila las habitaciones y tenemos muchísima más circulación viral y no tenemos vacunación suficiente. Es un cóctel explosivo”. En marzo, la actividad económica argentina registró un aumento de 11,4% respecto a igual mes del año pasado, cuando se inició el largo confinamiento. Así acumuló un crecimiento de 2,4% en el primer trimestre en la comparación interanual, según datos del instituto estatal de estadísticas Indec. La producción industrial, en tanto, creció en marzo 32,8% en la comparación interanual y acumuló en el primer trimestre un aumento de 12,6% respecto de igual lapso del año pasado, de acuerdo al Indec. Con AFP.