La comunidad educativa de Buenos Aires se queda en el limbo tras el rechazo de la alcaldía de la capital de Argentina de suspender las clases presenciales como había dictado el presidente de la nación, Alberto Fernández. La Corte Suprema de Justicia se declaró este lunes competente para opinar sobre el pedido de declarar inconstitucional el decreto presidencial, que presentó el viernes mediante un recurso de amparo el alcalde opositor Horacio Rodríguez Larreta. El gobierno argentino tiene cinco días para justificar su posición frente al Alto Tribunal, sin plazo legal para expedirse. Padres, alumnos y docentes de Buenos Aires quedaron en la incertidumbre debido a las órdenes cruzadas entre el decreto presidencial, con fuerza de ley, y el rechazo de la alcaldía, en manos de la oposición de derecha. “Lo sentimos como un triunfo desde nuestra presión como sociedad civil, planteando la demanda del derecho de los chicos a permanecer en la escuela”, dice a RFI María José Navajas, portavoz de la plataforma “Padres Organizados” quienes desde hace 8 meses vienen pidiendo la reincorporación de sus hijos a las clases. “Estamos también a la expectativa de que esto se resuelva de una manera rápida y que no sigamos con la angustia de que en una semana se vuelva a cerrar. El año pasado prácticamente no tuvieron [clases], fue un año entero sin clases para la gran mayoría de los chicos en la Argentina. eso provocó todo tipo de daños, de un impacto negativo en cuanto a pérdidas de aprendizaje, de deserción escolar, problemas a nivel socio emocional de los chicos, ansiedad, depresión, toda una serie de patologías que los psicólogos advirtieron. Y también ahondó las brechas sociales, educativas, en un país que ya tiene una base muy grande de pobreza en niños y adolescentes”. El jueves pasado, el presidente peronista de centroizquierda decretó la restricción de la circulación y de la actividad comercial además de la suspensión de las clases presenciales, a partir de este lunes y hasta el 30 de abril en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde vive un tercio de los 45 millones de argentinos y donde más crecieron los contagios. El mandatario llamó a los gobernadores que lo rodeaban de forma virtual a "cuidar a los docentes" y sostuvo que "mientras que las provincias de Santa Fe, Buenos Aires y San Juan son las que más han vacunado al personal de educación, la ciudad de Buenos Aires solo ha vacunado al 14% de su personal". La demanda de las diferentes plataformas de padres de alumnos contrasta con el gremio de los docentes educativos, quienes persisten en el peligro que conlleva realizar las clases presenciales cuando se han incrementado las cifras de afectados por coronavirus en la nación. “La posición en general de los docentes es de que tienen que suspenderse la presencialidad hasta que exista seguridad sanitaria para la asistencia a los establecimientos educativos”, dice a RFI Alejandro Salcedo, el secretario general de la Unión de Docentes en la Provincia de Buenos Aires (UDOCBA). “Hoy eso no existe porque el avance del virus de los contagios es de manera exponencial y no se ve que en el futuro cercano eso vaya a declinar. Todo lo contrario, se va a profundizar. En Argentina en el mes de enero, producto de las fiestas navideñas, hubo un aumento de casos que después declinó y luego también cuando empezaron las clases presenciales. Esto contradice a aquellos que dicen que en la escuela no hay contagios. El problema es que en todos los ámbitos debe haber presencialidad [pero solo] si no hay riesgo sanitario. De no ser así la presencialidad se tiene que suspender, porque el valor vida está primero”. Argentina comenzó la vacunación contra covid-19 a fines de diciembre y hasta ahora ha aplicado una dosis a 6,5 millones de personas y dos a unas 800.000. Este lunes arribó un cargamento con 800.000 dosis uno de la vacuna Sputnik V, procedente de Rusia, y el domingo 864.000 de la vacuna Oxford-AstraZeneca, desde Holanda. El balance de Argentina arrojó 19.119 nuevos contagios en las últimas 24 horas para llegar a un total de 2,69 millones de casos y 59.228 muertos por covid-19. Con AFP