El secretario de Estado estadounidense Antony Blinken realiza una gira por Ecuador y Colombia para estrechar lazos con dos gobiernos de la derecha sudamericana. Su visita comenzó en Quito, donde fue recibido por el presidente Guillermo Lasso. Análisis de las perspectivas de cooperación con el geopolitólogo Mauricio Jaramillo, de la Universidad del Rosario en Bogotá. RFI: Es la primera vez en más diez años que un secretario de Estado estadounidense viaja a Ecuador. Y para el enviado de la administración Biden, Antony Blinken, es su primer viaje a Colombia. ¿Por qué se organiza esta visita ahora y en qué contexto regional tiene lugar? Mauricio Jaramillo: Primero, porque en los cuatro años de Donald Trump hubo un claro distanciamiento respecto a América Latina. En segundo lugar, en esa idea de que Estados Unidos vuelve a la escena internacional, dos de sus aliados están en América del Sur: Colombia que es un aliado histórico y Ecuador que tiene un gobierno de centro derecha. En tercer lugar, hay temas transnacionales que preocupan al gobierno Biden como migraciones, narcotráfico, inseguridad, contención a Venezuela, en los que Ecuador y Colombia desempeñan un papel esencial. En ese orden de ideas, para invisibilizar al gobierno de Maduro y cerrar espacios regionales, Estados Unidos vuelve a la carga apoyando a dos gobiernos que han sido clave en esa presión contra Caracas. RFI: Lasso recibe a Blinken en medio de fuertes tensiones sociales y en pleno estado de excepción decretado para combatir la violencia del narcotráfico. ¿Qué espera el gobierno ecuatoriano en materia de cooperación? Mauricio Jaramillo: Durante los diez años del gobierno de Rafael Correa Estados Unidos se alejó de Ecuador. Mantuvo una relación comercial privilegiada pero en materia de seguridad Ecuador se fue aislando a pesar de que en el pasado había sido un aliado importante. Estados Unidos tuvo una base militar en Manta, en el Pacífico. Creo que este apoyo para el gobierno de Guillermo Lasso consiste en tener oxígeno internacional porque está pasando por un momento crítico en este momento internamente la situación de orden público es muy delicada, con indicadores de delincuencia preocupantes. Ha habido motines en las cárceles con saldos humanos inquietantes. Entonces para Ecuador es oxígeno político y para Estados Unidos es recuperar un aliado en materia de seguridad. RFI: En Colombia Blinken se reúne con Iván Duque pero también con grupos de defensa de los derechos humanos. ¿Qué intención tiene ahí? Mauricio Jaramillo: El gobierno de Biden y Blinken han sido muy insistentes en recordarle al Estado colombiano que cualquier violación importante a los derechos humanos puede hacer revisar la relación. Esto ha sido producto de la presión de algunos sectores en la Cámara de representantes y en el Senado, que le han pedido a Biden ser más enérgico en esas exigencias. RFI: Biden también ha sido presionado por las nuevas crisis migratorias que se han presentado desde su elección. ¿Cómo este asunto será clave en las reuniones? Mauricio Jaramillo: La estrategia de EEUU ha sido históricamente apoyar a algunos de estos países para que contengan sus flujos migratorios. Lo hizo por ejemplo Donald Trump con México, aunque hubo una negociación de otro tipo. Con Venezuela y Haití hay una estrategia parecida: se trata de hacer llegar recursos para que los estados que están en esa primera línea de recepción o bien puedan acogerlos o de alguna manera contenerlos y no se presenten estas olas migratorias incontrolables en las fronteras de EEUU.