En coincidencia con el día internacional por un aborto legal y seguro, los diputados chilenos aprobaron que se pueda legislar sobre la despenalización del aborto, una iniciativa trancada desde 2018. La Comisión de Mujeres y Equidad de Género que impulsa esta iniciativa todavía no canta victoria pues debe lograr un proyecto de consenso y su aprobación en una Cámara dominada por hombres conservadores. La moción, que fue ingresada en el Congreso en 2018 por diputadas progresistas de la oposición, busca modificar la actual ley del aborto, vigente desde 2017, que solo lo permite en tres causales. Las tres causales son que exista riesgo vital para la mujer en el embarazo, que el feto padezca una enfermedad congénita o genética de carácter letal o que el embarazo sea resultado de una violación. El Código Penal chileno tipifica penas de prisión para el resto de causas. El gobierno conservador de Sebastián Piñera se ha opuesto a reformar la ley de aborto. “Todavía no tenemos que cantar victoria porque lo que hicimos fue aprobar la idea de legislar en la Cámara”, dice a RFI la presidenta de la Comisión de Mujeres y Unidad de Género en la Cámara baja chilena, Maite Orsini. “Eso quiere decir que se ordenó a la Comisión de Mujeres tramitar el proyecto en particular y ahora lo que toca es generar un contenido que logre mantener la votación que tuvimos hoy día. Hay que tratar de conciliar ciertas posturas para lograr una indicación sustitutiva del proyecto de ley que permita que avance y pase al Senado. Pero no tenemos certeza de que así sea. Si hubiesen venido a la sala los diputados de derecha que no votaron, el proyecto se habría perdido. Fue una mayoría circunstancial que no sabemos si se va a repetir luego de que el proyecto sea tramitado en la comisión y vuelva nuevamente a la Cámara de Diputados. Todavía en Chile no hay aborto legal o despenalización del aborto, estamos caminando hacia eso. Dimos un primer paso en la despenalización del aborto. Un paso muy importante, porque no esperábamos que se aprobara la idea de legislar”. La actual ley de tres causales cubre apenas el 3% de los miles de abortos clandestinos que se realizan en el país, aseguran los movimientos sociales que consideran insuficiente la legislación actual. “Tenemos un Congreso que tiene una sobrerrepresentación de hombres y a conservadores, a pesar de que en Chile, según las últimas encuestas, 73% de los chilenos y chilenas están a favor de la despenalización del aborto”, dice Orsini. “En la Cámara hay una proporción mayoritaria de hombres y hay una proporción mayoritaria de conservadores, cuando en Chile los conservadores son minoría. En Chile la derecha conservadora está muy ligada a la Iglesia católica, defienden los intereses de la Iglesia Católica. Y además hay otro factor político relevante que es que nosotros tenemos elecciones presidenciales en dos meses y el candidato de la derecha se mostró abiertamente en contra del aborto. Entonces, si los parlamentarios votan distinto de como el líder de la coalición y su candidato presidencial, es muy fácil construir un relato de que el candidato le falta gobernabilidad y no se puede gobernar un país si uno no tiene gobernabilidad entre sus propios parlamentarios”. Hasta hace unos años era impensable que el Congreso chileno debatiera un proyecto de despenalización del aborto debido a la férrea oposición de la Iglesia católica. Sin embargo, la Iglesia ha caído en el descrédito en Chile por numerosos escándalos de abusos sexuales por parte de sacerdotes, lo que ha mermado su influencia en el debate público. Ahora solo el 20% de los chilenos confía en la Iglesia, según una reciente encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP), un 'think tank' de tendencia liberal. El derecho al aborto está lejos de ser universal. Una veintena de países lo prohíben totalmente, entre ellos El Salvador, Honduras, Nicaragua y Haití. En Estados Unidos, el aborto está contemplado desde 1973, pero varios estados restringen mucho esta práctica. En diciembre, Argentina aprobó la ley de interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 de gestación, tras un histórico debate y se convirtió así en el país más grande de América Latina en el cual el aborto es legal, después de Cuba, Uruguay y Guyana. En México está permitido en el estado de Oaxaca y en Ciudad de México. Con AFP