En Colombia, el proyecto de Ley de Inversión Social, conocido popularmente como reforma tributaria fue aprobada el martes por las dos cámaras del Congreso. La versión presentada de la reforma, impulsada por el gobierno pero rechazada por los colombianos, elimina los impuestos sobre los alimentos básicos pero no resuelve los problemas económicos de fondo en el país. La polémica reforma tributaria 2021, que generó fuertes protestas de calle durante más de cuatro meses, finalmente fue aprobada este martes en el Congreso colombiano. Los senadores de oposición abandonaron el recinto por considerar que no se había debatido suficientemente el proyecto. “Después de meses de protesta, el gobierno ha aparecido con una reforma que ha querido maquillar como una reforma para la política social, cosa que en realidad no es cierto”, dice a RFI el senador del opositor Polo Democrático, Iván Cepeda. “ Lo que hace esta reforma es intentar poner paños de agua tibia en medio de una situación muy crítica. Por eso la oposición en el Senado y en la Cámara hizo saber que no iba a votar esta reforma, porque lo que hace es simplemente aliviar de una manera superficial los graves problemas que hay y que van a estallar, sin lugar a dudas, en el próximo gobierno. Así que lo que ha hecho Duque es intentar aplacar un poco la crisis profunda mediante una reforma que realmente no toca las bases y las estructuras profundas de la crisis.” El gobierno de Iván Duque ha insistido en que la ley es vital en un contexto de aumento de la deuda, un déficit fiscal creciente y un mayor gasto social en respuesta a la pandemia de coronavirus. “Con esta aprobación, de manera expedita, el Poder Legislativo le otorgó al Gobierno y a las finanzas públicas de Colombia, un paliativo de lo que se había propuesto hace cuatro meses”, dice a RFI el profesor José Roberto Acosta, especialista en temas fiscales. “Para ponerlo en cifras, [en la anterior propuesta] se pretendía un recaudo superior a los 35 billones de pesos, algo así como 10.000 millones de dólares, y [con esta nueva reforma] se reduce a menos de la mitad. Es una reforma supremamente agresiva contra la clase media y baja, pues no toca a los más privilegiados, al 1% de la población que posee más del 90% de la renta en Colombia.” Tanto el Senador Iván Cepeda como el profesor José Roberto Acosta coinciden en que la aprobación de esta reforma tributaria volverá a calentar la calle, pero que esta vez, el descontento se hará sentir en venideras elecciones presidenciales de mayo de 2022. Con Reuters.