Preocupación en Colombia por el aumento de guerrilleros. Las causas: la debilidad de la aplicación de los acuerdos de paz, la falta de presencia del Estado y la crisis económica provocada por la pandemia. La presencia de estos grupos ya se registra en el 20% de los municipios colombianos. Los grupos armados en Colombia crecen tanto en el número de guerrilleros como en área de influencia. Así lo denuncia una nueva investigación del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, INDEPAZ. Las cifras son terribles: se han contabilizado más de 10.210 hombres que integran 90 grupos armados, entre ellos la disidencia de las FARC, ELN y Paramilitares. Y lo más preocupante: sólo en las FARC hay 4.000 nuevos reclutas. Para el director de Indepaz, Camilo González Posso, estamos ante una situación alarmante. “Cuando estábamos elaborando el estudio, con trabajo en el terreno, no nos lo podíamos creer: grupos que antes tenían 50 miembros ahora han subido a 200. El ELN mantiene sus bastiones tradicionales y ha ampliado también en algunas regiones. Los paramilitares, que venían recayendo muchísimo, en el último año se han recompuesto. Tenemos una situación crítica en cerca de 200 municipios, es decir, el 20% de los municipios del país.” RFI: ¿A qué se debe esta expansión? Camilo González Posso: “A la debilidad de la implementación de los acuerdos de paz en los territorios para atender a las poblaciones. El Estado ha llegado a velocidad de tortuga a estos lugares y con cuentagotas. En cambio, las mafias y los intereses de los acumuladores violentos de oro, de madera, de tierra, de rutas del narcotráfico, de negocios ilícitos, han tenido una presencia mucho más veloz, en medio de la pandemia. Ofreciéndole plata a los jóvenes. Hay 70% de desempleo rural, es una verdadera catástrofe económica, con la quiebra de 500.000 pequeñas empresas. Y en medio de esa situación social desesperada, todas estas economías ilegales y los grupos armados que están a su servicio están recomponiéndose. Esta situación es diferente de la guerra de antes de los acuerdos de paz. Es un panorama ante al que estar alerta, porque si no hay una política de implementación de los estos acuerdos, una política de presencia del estado, de alianza con la población, de transición hacia la paz, vamos a tener nuevos ciclos de violencia. “