Más de 52.000 restos de víctimas de la violencia en México siguen sin ser identificadas, en gran parte por fallas en los servicios forenses. Una realidad dramática para las familias de desaparecidos, que denuncia en un informe el colectivo Movimiento Nacional por Nuestros Desaparecidos (MNDM). Este lunes el gobierno define quiénes estarán a cargo de una nueva unidad especial de identificación de víctimas. Los colectivos de familiares esperan que esté a la altura de la crisis forense. Decenas de miles de restos se acumulan en fosas comunes de cementerios publicos mexicanos. Así lo revela un informe publicado el jueves 26 de agosto por el colectivo Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México (MNDM). 52.000 personas fallecidas no han sido aún identificadas y el 60% de estos restos yace en fosas comunes. "Un número no establecido de cuerpos han sido inhumados en fosa común en panteones municipales sin tomarles una muestra de ADN", detalla el informe. Además, las autoridades no logran ubicar a 22% de los restos. Detrás de estas cifras, hay familias de desaparecidos que no pueden vivir su duelo y que reclaman al gobierno que los servicios periciales se adapten al incremento de la violencia que se ha constatado en los últimos 15 años. "Las fiscalías de los estados han dejado en el olvido a estas víctimas pues no cuentan con el personal suficiente ni los peritos especializados en diferentes áreas. El gobierno federal no ha dado los recursos suficientes", cuenta a RFI Martín Villalobos, vocero del colectivo. "En el país no contamos con una base de datos o un sistema central de información", critica. Razón por la cual el MNDM lleva reclamando desde hace desde hace dos años la creación de un Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense. El Estado ha reconocido que existe una "emergencia forense". Este lunes 30 de agosto, el gobierno y la ONU anunciarán su directorio. Ataudes vacíos Esta unidad, que contaría con apoyo internacional ha sido creada para centralizar y gestionar la información forense, pero no todo es cosa de desorden y mala gestión, apunta Villalobos. En ciertas regiones la violencia es tal que las autoridades locales y las fiscalías ocultan los restos adrede. "El crimen organizado desaparece junto con las autoridades a muchas personas. Entendemos que ocurrió en el pasado y seguramente ocurre en el presente", dice. Cuenta además que algunas familias han recibido por parte de las autoridades locales ataudes vacíos o restos que no son los correspondientes "por querer deshacerse de los cuerpos". "Sabemos que esto no se va a resolver de la noche a la mañana. Hay muchas inercias que debemos cambiar", reconoce. Según el informe del Movimiento por Nuestros Desaparecidos el dato de 52.000 cuerpos sin identificar sería un piso mínimo reconocido por el Estado. Estiman que la cifra real seria mucho mayor.