La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, destacó este miércoles 19 de mayo el papel de la corrupción como impulsor de la migración irregular, al reunirse en Washington con destacadas exfiscales y exjuezas de Guatemala antes de su viaje previsto a ese país el próximo mes. La exfiscal guatemalteca, Thelma Aldana, quien asistió a la cita, contó a RFI los detalles del encuentro. Por Melissa Barra y Astrid Pilpe. RFI: Usted fue fiscal en Guatemala entre 2014 y 2018, ahora exiliada en Estados Unidos, y es una figura de la lucha contra la corrupción. ¿Qué estrategias le transmitió Kamala Harris, y por qué se ha puesto el foco en la corrupción? La reunión con la vicepresidenta de Estados Unidos se generó porque efectivamente hay un vínculo muy estrecho entre corrupción, impunidad, hambre, pobreza y migración, porque en Guatemala la corrupción es la regla, no es la excepción. Y los fondos del Estado que deberían invertirse en programas para que las y los guatemaltecos puedan tener acceso a servicios básicos y a un nivel de vida diferente, se desvían hacia intereses particulares, porque no hay una gobernanza que permita a las personas vivir en condiciones dignas. Lo que Estados Unidos está pidiendo es respecto a la ley transparencia de rendición de cuentas, que tenemos que tener todos los países del mundo. Vigilante de sus propios recursos, porque recordemos que Estados Unidos da ayuda a los tres países del norte de Centroamérica, y en consecuencia quien hace una donación tiene el derecho de exigir respecto a la ley, rendición de cuentas, transparencia y uso adecuado de esos recursos que deben invertirse en la gente más pobre, que deben ayudar a generar esperanza en la gente que integra los grupos más vulnerables de nuestra sociedad. Y con ello contribuir también a que exista ese proyecto de vida digna en casa, en vez de dejar al país como nos ha sucedido a nosotras, cuatro mujeres que hemos luchado por la justicia y que nos reunimos el miércoles con la señora vicepresidenta de Estados Unidos. Queremos justicia, seguridad, y vivir en condiciones dignas en nuestro país, para no migrar, y que la migración sea un derecho y no una obligación. RFI: Kamala Harris ha prometido al presidente Alejandro Giammattei, 310 millones de dólares de ayuda humanitaria. ¿Hasta qué punto puede Estados Unidos confiar en su buen manejo? Será Estados Unidos el país que tiene que determinar cómo va a invertir sus fondos, pero tiene pleno conocimiento de cómo funciona la corrupción en Guatemala, y en consecuencia asumo que estarán muy vigilantes y cuidadosos para que haya transparencia y rendición de cuentas de los fondos que vayan a invertir en Guatemala. RFI: A principios de semana, la congresista Norma Torres de California, liberó una lista proveniente del departamento del Estado, de funcionarios identificados como corruptos en El Salvador, en Guatemala, y Honduras. Dicha nómina incluía a la jefa de gabinete de Nayib Bukele en El Salvador, ¿qué consecuencias puede tener este tipo de actos? El solo hecho de que un funcionario sea incluido en esa lista, es una sanción moral, pero además lleva emparejado sanciones de tipo económico que se verán en el transcurso de los meses o próximos días. RFI: Ese documento denuncia el debilitamiento y cierre de los órganos de control anticorrupción como por ejemplo la CICIG (Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala). ¿Podría eventualmente Estados Unidos condicionar su cooperación al regreso de estos órganos, que tienen apoyo internacional? Creo que esa pregunta la podría responder Estados Unidos. Mi apreciación personal es que la CICIG ya es una práctica que ha dejado escuela, y que debemos avanzar y tener mecanismos nacionales, e incluso internacionales, que ayuden a restablecer el sistema de justicia en Guatemala para que haya Estado de derecho y democracia. Kamala Harris fijó para el 7 y 8 de junio su viaje a México y Guatemala, y se reunió a fines de abril por videoconferencia con líderes comunitarios guatemaltecos. Más de 172.000 indocumentados fueron detenidos en marzo en la frontera sur de Estados Unidos, un alza del 71% en un mes y el nivel más alto en 15 años. La mayoría de los migrantes era de los tres países del Triángulo Norte centroamericano: Guatemala, Honduras y El Salvador.