Los 155 miembros de la inédita convención constitucional chilena que se instauró el 4 de julio pasado han logrado avanzar en la organización inicial de sus labores. "Instaurar la confianza en la sociedad chilena" será uno de los principales retos, dijo a RFI el vicepresidente de la Asamblea, Jaime Bassa. Desde la accidentada instalación de la Constituyente el pasado 4 de julio, en una sesión suspendida debido a protestas en el exterior del recinto y los problemas técnicos que obligaron a posponer la primera sesión de trabajo, la convención logró avanzar en la organización inicial y en el crucial reglamento que permitirá redactar las nuevas leyes. Se lograron instalar, ocho comisiones de trabajo, entre ellas la de presupuestos, derechos humanos, educación popular, social y territorial, participación y consulta de los pueblos originarios, participación ciudadana e información y transparencia, junto con ampliar la mesa directiva de dos a nueve miembros, con siete nuevas vicepresidencias. Con 155 miembros, en su mayoría independientes de diferentes afinidades de izquierda, indígenas y una derecha en minoría, en lo que muchos ven como el espejo más real del Chile de hoy, uno de los primeros obstáculos fue romper la desconfianza inicial. El profesor de derecho constitucional y vicepresidente de la Asamblea Constituyente Jaime Bassa dijo que uno de los principales retos de esta asamblea es continuar instaurando la confianza en la sociedad chilena. “Uno de los principales desafíos va a ser manejar la incertidumbre que genera de cara a la ciudadanía la discusión política en términos absolutamente distintos a lo que estábamos acostumbramos a escuchar. Y esta novedad, este transito del viejo al nuevo orden constitucional va a generar ciertas dudas que vamos a tener que manejar”, dijo a RFI. Sobre relación con el gobierno en la implementación de esta asamblea: “una relación muy difícil, tensa, un poco ingrata. Y la normalización del trabajo de la constituyente fue generando condiciones para mejorar la relación con el gobierno. Hubo cambios de algunos cargos directivos en el gobierno y han permitido que la convención vaya trabajando de mejor manera”. Pasar página de la era Pinochet Bassa también resaltó la capacidad de la constituyente de resaltar su propio trabajo de manera autónoma. La redacción de la primera Constitución de manera colectiva de Chile surgió tras el acuerdo político que se alcanzó luego de las masivas protestas que estallaron a partir del 18 de octubre de 2019, en reclamo de una mayor igualdad social. En el plebiscito del 25 de octubre de 2020, un 79% aprobó la redacción de una nueva Carta Magna que reemplace a la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), señalada como el origen de las desigualdades sociales. La redacción de los primeros artículos podría comenzar en septiembre. La Convención tiene un plazo de nueve meses -prorrogable una vez por tres meses más- para culminar su trabajo.