Diez días después, Haití sigue sumergido en un caos permanente como consecuencia del terremoto de magnitud 7,2 del pasado 14 de agosto. Las organizaciones de ayuda internacional acaban de llegar a la isla y el panorama sigue siendo desolador. RFI habló con Luis Eguiluz, responsable de Médicos Sin Fronteras (MSF) en el terreno. “La zona es muy extensa y de difícil acceso. Hay algunas ciudades que han sido afectadas, pero hay mucho daño en zonas muy rurales, por lo tanto las evaluaciones continúan”, comenta Luis Eguiluz, de Médicos Sin Fronteras (MSF). Datos devastadores El trabajador humanitario explica que “los primeros datos son devastadores. Estamos hablando de mas de 2.200 muertos, 12.000 heridos y 137.000 familias afectadas. Hay unas 500.000 personas que necesitan asistencia humanitaria urgente. Y esto, como lo he dicho, son los primeros datos, aún queda muchas zonas por recorrer, muchas casas por visitar. Nosotros estamos haciendo evaluaciones con otras organizaciones continuamente, aparte de implementar actividades”. La ayuda internacional llega a través de mecanismos de coordinación, que fueron “establecidos después del terremoto de 2010 y del huracán del 2016, y están funcionando”, recalca Eguiluz. Mientras la inmensa mayoría de los heridos ya fueron trasladados de la zona sur del país hasta Puerto Príncipe, la prioridad para los grupos de ayuda y de rescate se centra ahora en la gestión de los centros de salud y hospitales para que sigan siendo funcionales. Servicios médicos y agua Para Luis Eguiluz, “la prioridad es asegurar que esos servicios médicos continúen. Por otro lado, los sistemas de aguas se han interrumpido en la inmensa mayoría de las localidades, y estamos trabajando en ello para intentar dar agua potable al mayor número de personas posible”. Y si bien éstas son las prioridades, “las necesidades son inmensas: estamos hablando de comida, de artículos de la casa, para la cocina, mantas, colchones, y hay además mucha falta de abrigo para protegerse. No nos olvidemos de que es la época de los huracanes, de que hay mucha lluvia, y esa gente que no puede acceder a sus casas está expuesta a los elementos”, subraya el trabajador humanitario. El primer ministro del país, Ariel Henry, pidió a los gobiernos internacionales que canalicen todas sus donaciones a través de la Protección Civil haitiana, que coordina las necesidades de cada ciudad, cada aldea y cada área remota que aún no ha sido atendida.