El pasado jueves 13 de mayo un candidato a la alcaldía de un municipio de Sonora, en el noroeste de México, y exprocurador de esa región, fue asesinado según informó la fiscal local. Ya han sido asesinados 83 políticos, entre ellos 32 aspirantes a un cargo público. A tres semanas de una de las elecciones más grandes de la historia reciente de México previstas el 6 de junio, con la elección de 500 escaños de diputados y 20.000 cargos locales, la criminalidad se cobró una nueva víctima entre los candidatos, el pasado jueves 13 de mayo. Se trata de Abel Murrieta candidato por el partido Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Cajeme, en Sonora. Murrieta había sido procurador del Estado y abogado de la familia Le Baron que en 2019 sufrió un ataque por un grupo delictivo en el que fueron asesinadas 12 personas. “No tenía ninguna escolta para protegerlo durante la campaña”, dice a RFI Jorge Roa es experto en políticas públicas y en crimen en el Centro de Investigación y Docencia económicas. “Entonces no sabemos por qué pasó eso. Si él no lo pidió o si no se lo asignaron. Si era una persona tan relevante por mucho tiempo siendo procurador de Justicia en Sonora, ¿por qué no se le dio escoltas? ¿Acaso será el último candidato en, desgraciadamente, ser asesinado o cuantos más faltan? El gobierno mexicano debe garantizar la seguridad de los que participan en este proceso electoral. Lo que hemos visto en México es que desgraciadamente a la hora de las elecciones, varios de los candidatos, que no son cooptados por los grupos criminales, son amedrentados, amenazados de muerte o asesinados. Si tú llegas a cooptar al candidato o llegas a hacer un pacto, estas personas van a tener acceso a los recursos públicos, sobre todo a controlar ellos el estado de forma paralela a lo que hace el candidato electo”. El Cartel de Sinaloa, el de Beltrán Leyva, Jalisco Nueva Generación, el Meza Flores, Los Jaguares, los memos. En Sonora operan una docena de carteles de la droga, entre ellos el cartel La línea, presuntamente autor de la masacre contra la familia Le Baron. “No es coincidencia que el mismo abogado que defendió a los Le Baron y el mismo abogado que se convirtió en candidato de un partido político, haya sido asesinado”, dice Roa al ser consultado sobre quien podría estar detrás del asesinato Murrieta. “Pudo ser el mismo grupo criminal a cargo del atentado que sufrió la familia Le Baron o incluso pudo haber sido otro grupo. Todavía es muy prematuro decir si existe una relación entre estos dos eventos. Lo que no queda duda es que esto es una demostración de cómo son capaces no solamente de amedrentar, sino llegar a obtener el poder por cualquier vía”. Hasta el momento las autoridades no han ofrecido detalles del asesinato. Versiones periodísticas apuntan a que el candidato fue interceptado por hombres armados cuando se encontraba haciendo actos proselitistas en Ciudad Obregón, Sonora, y recibió disparos en el pecho y la cabeza. El 6 de junio los mexicanos acudirán a las urnas para renovar 500 escaños de la cámara de Diputados federal y casi 20.000 cargos locales, entre ellos 15 de los 32 gobernadores. Las campañas electorales suelen verse ensombrecidas por un alza de las agresiones contra candidatos, según autoridades y analistas. La consultora privada Etellekt reportó en Twitter que durante el actual periodo electoral, con el asesinato de Murrieta 83 políticos han sido asesinados, 32 de ellos aspirantes a un cargo público. Con AFP