La Cámara de Diputados de México aprobó el 23 de abril una polémica reforma que amplía por dos años el periodo del actual presidente de la Suprema Corte de Justicia, Arturo Zaldívar. Muchos juristas consideran la medida como anticonstitucional. Con 262 a favor y 182 en contra, los diputados mexicanos aprobaron una reforma de modernización y clarificación del poder judicial. Al mismo tiempo avalaron también la extensión de cuatro a seis años del mandato del presidente de la Suprema Corte de Justicia, Arturo Zaldívar para llevar a cabo dicha reforma. Para muchos juristas la medida es anticonstitucional Horas después, en un intento por calmar la controversia, el propio Zaldívar, considerado cercano al presidente Andrés Manuel López Obrador, dijo que serán sus colegas de la Suprema Corte los que determinarán si la ampliación de su mandato es constitucional o no. “La ampliación del ministro presidente de la Suprema Corte, Arturo Zaldívar, es parte de una gran reforma judicial. Debíamos habernos concentrado en la reforma en temas de defensores de oficio, de capacitación de jueces y juezas, de equidad de género, pero todo eso se tiró por la borda y nos centramos solamente en esta ampliación tramposa, inmoral e inconstitucional”, dice a RFI el profesor de la Facultad de derecho de la Universidad Nacional de México (UNAM), Juan Jesús Garza. La ley orgánica del Poder Judicial mexicano establece que los ministros del máximo tribunal seleccionan entre ellos al presidente de la Suprema Corte cada cuatro años, en un cargo para el que no hay reelección. Los jueces del máximo tribunal permanecen en su cargo por 15 años. Zaldívar fue nombrado en 2009 como magistrado y en enero de 2019 como presidente de la corte. En un comunicado, Zaldívar dijo que estará atento a cualquier acción de inconstitucionalidad que se presente contra la reforma ante el máximo tribunal. “Jurídicamente no hay manera de defender esto”, dice Garza. “Aquí el discurso de la transformación, el discurso de acabar con la corrupción y demás, parecería solamente una cuestión retórica, una cuestión política de poder tener controlado al poder o por lo menos tener a una Corte cada vez menos independiente, a una Corte que no incomode al poder político de turno. Yo veo dos riesgos, el primero es que afecta las dinámicas al interior de la Corte. Esto rompe por completo el equilibrio al interior de la Corte como un órgano que sirve en democracia. Y el segundo riesgo es en el sentido de dejar un muy mal precedente para el futuro. Lo que sucedió el viernes 23 de abril en Diputados, una manera tan burda de violar la Constitución, puede servir de precedente para que en un futuro distintos políticos, distintos grupos parlamentarios que tengan mayoría, tomen este precedente como una manera de cambiar la Constitución a la mala”. El pasado 16 de abril, López Obrador dijo estar de acuerdo con la reforma al señalar que hay "vicios y nepotismo" en el Poder Judicial, y que Zaldívar es un hombre "íntegro". "Pienso que si se amplía el plazo con el propósito de que él encabece la reforma al Poder Judicial estoy de acuerdo, pero yo no voy a decidir, van a ser los legisladores", dijo entonces. Con AFP.