Este domingo 26 de septiembre se cumplieron siete años desde la desaparición de los 43 estudiantes de la escuela rural de Ayotzinapa en 2014 en Iguala, estado de Guerrero. Con nuestra corresponsal en México, Marta Durán De Huerta. A siete años de la desaparición de 43 estudiantes de la escuela Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa a manos de policías municipales, los padres de los estudiantes encabezaron una marcha para conmemorar la trágica noche del 26 al 27 de septiembre de 2014 y para exigirle a las autoridades más y mejores resultados. "Se han hecho diligencias, se han [obtenido] pruebas muy sólidas, muy objetivas, que nos conducen a los avances que [tenemos] hoy en día”, dijo a RFI el abogado y vocero de los familiares de los 43 normalistas desaparecidos, Vidulfo Rosales. “Sin embargo, todavía resultan insuficientes para dilucidar cabalmente el caso”. En conferencia de prensa el sábado 25 de septiembre, el Subsecretario para los Derechos Humanos, Alejandro Encinas, echó por tierra la “Verdad Histórica” que fue la versión del gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018) de lo sucedido con los jóvenes. El móvil del crimen Los normalistas querían viajar a la Ciudad de México para participar en la conmemoración de la masacre del 2 de octubre. Todo apunta a que los chicos, sin saberlo abordaron un camión que esa noche viajaría a Chicago, con un cargamento de heroína. El dueño del enervante, dio la orden a las policías y al Ejército de que recuperaran el estupefaciente. Los cinco camiones en los que venían los normalistas fueron atacados brutalmente al igual que el de Los Avispones de Chilpancingo, un equipo de fútbol escolar, confundido con los normalistas. La participación del Ejército “El Ejército no solamente tuvo complicidad, sino que tiene responsabilidad directa por la muerte de varios de ellos y la desaparición de otros”, dijo el periodista Témoris Greco autor del libro Ayotzinapa. Mentira histórica. Oficialmente siempre fue negada la participación del Ejército en las desapariciones, a pesar de los testimonios de los sobrevivientes, del espionaje a los normalistas y su presencia en el lugar de los hechos. En los últimos días un testigo protegido dijo que por lo menos 25 estudiantes fueron llevados al cuartel del 27 Batallón de Infantería en Iguala, donde los estudiantes fueron interrogados, torturados y asesinados para posteriormente entregar los cuerpos a un grupo delictivo para que los deshiciera en ácido. Los padres de los normalistas reclaman una investigación a fondo, castigo a los perpetradores y sus encubridores, en especial los que siguen siendo funcionarios públicos.