El 6 de junio, México celebrará la elección más grande de su historia en la que se elegirán más de 21 cargos, entre ellos se renovarán los 500 escaños de la Cámara de Diputados y 15 gobiernos estatales. De acuerdo a previsiones, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, partido Morena, será ganador en representación, pero no obtendría mayoría parlamentaria. RFI entrevistó a Leonardo Figueiras, profesor de ciencias políticas de la UNAM. RFI: ¿Qué le espera al gobierno de López Obrador frente a este nuevo escenario? Leonardo Figueiras: La aceptación del presidente no es la misma que la de su partido. El Presidente tiene cualidades y también sus cuestionamientos. Efectivamente van a ganar las elecciones, pero los va a llevar a una situación distinta de estos dos años y medio que han transcurrido. Los discursos que se van a tener que hacer tendrán que ser un más cuidadosos en el sentido de construir, negociar y gestionar la política que tiene que ayudarnos a acercarnos a ciertos grupos. Ya no va a ser este planteamiento de radicalidad. Eso es lo que estamos suponiendo a partir de la información de las encuestas. Si las encuestas son correctas, entonces quiere decir que el mandato será para que haya este acercamiento [entre grupos políticos]. RFI: ¿Cuál debería ser el rol de la oposición ahora? Leonardo Figueiras: La oposición tiene varios problemas. Primero, ponerse de acuerdo en un proyecto alternativo al actual que es popular. Si vuelven a hacer su proyecto neoliberal, pues están acabados porque dentro de tres años van a perder las elecciones y se va a consolidar Morena. Por supuesto que hay una serie de condicionantes como quiénes eran los candidatos a la presidencia en ese entonces. Van a tener que construir un discurso y esto les va a costar mucho, porque en este mometnto no tienen una propuesta salvo oponerse al fuerte poder presidencial. Figueiras señaló también que si López Obrador desea continuar con su proyecto llamado Cuarta Transformación, su partido deberá renovar sus líderes para recuperar legitimidad y mantener ese 60% de aprobación que hoy le otorga el pueblo mexicano.