El saldo de muertos por el derrumbe de un edificio cerca de Miami subió el lunes a 11, entre ellos dos venezolanos, mientras proseguía la búsqueda de 150 personas aún desaparecidas y los familiares desesperados. Seis días llevan ya los equipos de rescatistas estadounidenses, con refuerzos de Israel y México, rastreando los escombros del edificio en Surfside, Florida. En pos de explicaciones, expertos analizaban posibles fallas preexistentes en el inmueble de 12 pisos del complejo Champlain Towers, que se desplomó en la madrugada del jueves, a unos 20 kilómetros del centro de Miami. De las ruinas empiezan a salir las verdades ocultas de este desplome. “Tenemos reuniones informativas dos veces al día con rescatistas, bomberos, policía, incluso con médicos forenses”, dice a RFI la periodista Pascale Bonnefoy se encuentra allí siguiendo esta búsqueda. Su padre, Claudio, tío en segundo grado de la presidenta chilena Michelle Bachelet ,y su mujer son algunos de los latinoamericanos que aún no se han encontrado. “Siempre nos van explicando paso a paso todo lo que están haciendo y lo que pueden y no pueden hacer , y por qué es lento. No es simplemente llegar y levantar un gran pedazo de concreto. Están sacando pedacito por pedacito, hicieron una trinchera por el centro y están buscando por los costados. Han encontrado restos humanos. El edificio es muy inestable, hay toda una sección en la que es muy difícil trabajar. Yo creo que están haciendo lo correcto, aquí hay algunos de los mejores equipos rescatistas del mundo que han trabajado en muchos terremotos y también en explosiones, porque a pesar de que aquí no hubo una bomba, el efecto es tipo explosivo, en el sentido que se cayó verticalmente. No cayó como en un terremoto, que se cae a pedazos por el costado. Esto fue como un derrumbe en que 12 pisos terminaron en tres. Realmente está muy aplastado, así que es difícil”. Un informe sobre el edificio había señalado ya en 2018 "daños estructurales importantes", así como "grietas" en el sótano, según documentos publicados el viernes. "La impermeabilización debajo de los bordes de la piscina y la vía de acceso para vehículos (...) ya superó su vida útil y por lo tanto debe ser retirada y reemplazada por completo", escribió en este documento el experto Frank Morabito, pidiendo reparaciones "dentro de un tiempo razonable", sin señalar un riesgo de colapso. “Lo terrible es que ahora están saliendo los informes de años pasados, donde se advertían problemas de socavamiento, que el terreno se estaba hundiendo dos milímetros por año, que los pilares estaban corroídos, que había que hacer trabajos estructurales importantes y que no se hicieron”, dice Bonnefoy. “Los dueños, es decir la junta del edificio no quería gastar esa gran cantidad de dinero en reparar cosas que no son cosméticas. Ese informe salió en 2018, pero también hubo otro informe en 1999 que ya advertía del hundimiento del edificio. Entonces hay una parte que tiene que ver con la no entrega de la información oportuna para evacuar, reparar los cimientos, los fundamentos del edificio. Y por otro lado, que se está construyendo. Y eso es aplicable a todo lo que está aquí en la línea costera, en terrenos que son pantanoso, son humedales rellenos. El agua con sal estaba entrando permanentemente a los cimientos, no se alcanzaba a secar, no se drenaba y esa sal empezó a corroer los fierros, que después se reflejó en roturas o fisuras en el cemento de los pilares. Eso sí es visible al ojo y no hicieron nada. Hay varios factores uno lo que no se hizo a tiempo y otro la manera en que se construyó”. Las reparaciones en el edificio, construido en 1981, estaban programadas y se habían comenzado obras en el techo. "Habrá una investigación minuciosa y completa sobre los motivos que llevaron a esta tragedia", prometió la alcaldesa del condado de Miami-Dade, Daniella Levine Cava. “Es un momento de mucha angustia y dolor, pero yo creo importante que se sepa como ocurrió esto, que se investigue y se determine las responsabilidades, pero también que se empiecen a revisar los demás edificio”, dice Bonnefoy. “Y eso es aplicable también a Chile, porque en Chile también se está construyendo sobre humedales, sobre el borde costero”. 29 latinoamericanos Dos ciudadanos de Venezuela están entre los muertos confirmados. Se trata de León Oliwkowicz, de 79 años, y su esposa, Cristina, de 74, ambos residentes en Estados Unidos. Sus cuerpos fueron encontrados el sábado y el domingo, respectivamente, dijo la policía de Miami-Dade. La pareja vivía en la unidad 704 del inmueble, informaron sus hijas Daniela y Gabriela en un tuit. Hay 29 latinoamericanos de los que todavía no se tienen noticias: nueve de Argentina, seis de Colombia, seis de Paraguay, cuatro de Venezuela, tres de Uruguay y uno de Chile. Cristina Oliwkowicz tenía también nacionalidad uruguaya, pero la cancillería de Uruguay dijo que no estaba entre las tres personas de ese país que se siguen buscando. Al menos cuatro canadienses podrían estar "afectados", según funcionarios consulares. Entre los latinoamericanos desaparecidos, estaban Sophia López Moreira, cuñada del presidente de Paraguay, su esposo, Luis Pettengill, y tres menores de edad, así como Lady Luna Villalba, quien había viajado con ellos como niñera, de acuerdo con información del gobierno paraguayo. También era buscado el abogado chileno Claudio Bonnefoy, pariente de la expresidenta de Chile Michelle Bachelet. Su hija, Pascale Bonnefoy, que viajó a Miami para seguir de cerca las labores de rescate, destacó el trabajo "sin descanso" de los socorristas, pero pidió avanzar en las indagaciones. "Solidaridad hemos recibido mucha, y ha sido muy bonito, pero creo que lo que hay que hacer es investigar las causas", declaró a CNN. El presidente estadounidense, Joe Biden, que ya declaró el estado de emergencia que habilita ayuda federal, dijo que su gobierno está listo para "cualquier apoyo o asistencia que se necesite". Con AFP