México investiga una presunta trama de corrupción en la compra, por 32 millones de dólares, del software Pegasus. Se sospecha que fue utilizado por autoridades para espiar a opositores y periodistas. Entre los objetivos mexicanos se encuentra el entorno del mandatario Andrés Manuel López Obrador, así como unos 25 periodistas radicados en el país. En 2016 y 2017, agencias del gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto solicitaron a través de Pegasus los números de teléfono de decenas de gobernadores en función, así como de colaboradores y secretarios de diferentes signos políticos. Jorge Carrasco es director de la revista mexicana Proceso. El medio forma parte de la investigación periodística internacional que ha destapado más de 50.000 registros telefónicos. En conversación con RFI, explica que más de 15.000 de estos actos de espionaje corresponden a México. "Intervinieron en la compra de estos aparatos el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), la Secretaría de la Defensa Nacional, el ejército y la Procuraduría Federal de la República, es decir la Fiscalía general", sostiene el periodista. "Le toca al actual gobierno dar claridad sobre lo que hizo el anterios mandato. Hay nombres de los responsables. La mayor sospecha de espionaje acerca de Miguel Ángel Osorio Chong, el encargado de la agencia de seguridad del Estado mexicano. Ahora es senador de la República", apunta Carrasco. Explica que se trata de un asunto de aplicación de la justicia. "Estos casos deben ser sancionados", dice. "El entorno de un colega asesinado fue objeto de Pegasus" El propio Jorge Carrasco figura además en un grupo de al menos 25 periodistas mexicanos espiados por este software. Se desconoce por el momento si toda la información personal y profesional sustraída fue utilizada por el gobierno, o si puede tener relación con los numerosos casos de asesinatos y desapariciones de periodistas en México. "Me enviaron mensajes para penetrar en mi teléfono", cuenta. "Cuando lo revisamos sí se confirmó esa manera de infiltración de Pegasus". ¿A esos datos pueden haber accedido bandas criminales? "Un colega de Guerrero fue asesinado y poco después su entorno fue objeto de Pegasus. Pudo ocurrir que esa tecnología se usó para buscar información de familiares", responde Carrasco. Aunque resulta complejo calcular el coste de este gran entramado de corrupción, las autoridades mexicanas cifran la compra del software en 32 millones de dólares, a los que habría que sumar renovaciones de licencia y pagos por cada intrusión telefónica.