En Perú la segunda vuelta de la elección presidencial enfrentará al izquierdista maestro de escuela rural Pedro Castillo con la derechista e hija del expresidente condenado por crímenes de lesa humanidad, Keiko Fujimori. RFI analiza las razones que llevaron a Keiko al balotaje a pesar de las acusaciones que pesan sobre ella por presunto lavado de dinero y otros cargos. El maestro de escuela rural y la hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori encabezan, con 19,09% y 13,35% respectivamente, tras escrutarse el 96% de los votos de la elección del domingo, que contó con un récord de 18 candidatos y ningún favorito. El país, en recesión a causa de la pandemia y casi ingobernable desde 2016, que contó con tres presidentes en cinco días en noviembre, ahora se encamina a un balotaje entre dos postulantes situados en las antípodas y que en conjunto obtuvieron apenas el 32% de los votos en la primera vuelta. Mientras que mientras Castillo, de 51, aboga por un activo papel económico del Estado, incluso con nacionalizaciones, Keiko, de 45 años, defiende el libre mercado. Aparte del polémico legado de su padre, a Keiko se le reprocha haber alimentado la inestabilidad con la férrea oposición de su bancada a los presidentes Pedro Pablo Kuczynski y Martín Vizcarra. El primero se vio forzado a renunciar en 2018 y el segundo fue destituido en 2020. Asimismo, Keiko enfrenta un pedido de la fiscalía de 30 años de prisión en un próximo juicio por presunto lavado de dinero y otros cargos en el escándalo de la constructora brasileña Odebrecht. La promesa de reabrir la economía, mano dura contra la delincuencia y el apoyo de los votantes tradicionales del fujimorismo son algunas de las claves que explican el pase de Keiko Fujimori a la segunda vuelta, a pesar de las acusaciones que enfrenta por corrupción. “Keiko Fujimori enfrenta un proceso judicial que no ha culminado, la prisión que enfrentó fue una prisión preventiva”, dice a RFI la politóloga de la Universidad Ruiz de Montoya y presidenta de la Asociación Civil Transparencia, Adriana Urrutía. “Además, ella ha utilizado ese recurso para señalar que conoce esa realidad. Sin embargo, como no hay una decisión definitiva de la justicia, eso parece no haber pesado. Los electores siguen apostando por alguien que ofrece mano dura contra la delincuencia, no volver a cuarentena y reactivar la economía del país. Lo que ella denomina el Plan Perú Abierto es la posibilidad de reabrir la economía respetando todas las medidas de seguridad. En un país donde más de un millón de ciudadanos ha perdido su empleo, esa propuesta cala y da esperanza para volver a una situación económica prepandemia.” La figura de su padre, Alberto Fujimori, condenado a 25 años por crímenes contra la humanidad y corrupción ¿pesa también en la decisión del elector? “En esta campaña del 2021, a diferencia de la campaña del 2016, la candidata Fujimori se ha reclamado como filiación directa de su padre”, dice Urrutía. “La campaña ha hecho valer mucho su apellido, un poco intentando recuperar el voto duro del fujimorismo en un escenario donde pesaban mucho los partidos conservadores como Renovación Popular. Ella ha hecho valer ese apellido, lo cual le ha dado ciertos réditos. Yo creo que la filiación con el padre, el vínculo con situaciones de corrupción, va a estar mucho más presente en las acusaciones contra su candidatura en esta segunda vuelta”. En cuanto a los procesos judiciales abiertos en su contra por corrupción, ¿qué impacto podría tener en su candidatura y eventual elección a la presidencia? “El Jurado Nacional de Elecciones ya se pronunció sobre la necesidad de respetar el derecho a la participación política”, dice Urrutía. “En caso de que ella llegase a la Presidencia de la República, lo que la ley señala es que quien ocupe el sillón presidencial tiene algunas garantías para su inmunidad. Sin duda los procesos se verían afectados y habrá que ver cuáles son las rutas que los equipos que están investigando su caso toman para proseguir la investigación”. El conteo de votos de la elección presidencial prácticamente terminó el martes 13 de abril, pero el paso de ambos candidatos al balotaje debe ser proclamado por el Jurado Nacional de Elecciones, lo que se hará en mayo, según adelantó su jefe, Jorge Luis Salas. En cambio, el escrutinio de la elección al Congreso avanza más lentamente, y también lo encabezan los partidos de Castillo (Perú Libre) y de Keiko (Fuerza Popular), con porcentajes similares a los recibidos por ellos. Sin embargo, es el expresidente Vizcarra quien cosecha más votos como candidato al Congreso y conseguiría la primera mayoría nacional, según medios locales. Pero el mismo Congreso que lo destituyó en un juicio relámpago se apresta a inhabilitarlo el viernes por 10 años para ejercer cargos públicos, acusado de vacunarse contra el covid-19 en forma reservada. La Misión electoral de la OEA destacó "el compromiso cívico" de los peruanos, en especial "de los adultos mayores o personas con discapacidad", que a veces esperaron horas para votar. Con AFP