En Panamá, las organizaciones sociales rompieron este 18 de julio un acuerdo firmado con el Gobierno que suponía el desbloqueo de las principales vías del país a cambio de una rebaja del precio de los combustibles, y anunciaron que seguirán manifestándose. “El país está totalmente detenido”, afirma Luis Sánchez, dirigente de la Asociación de Educadores Veragüenses (AEVE). El gremio, que lideró las manifestaciones desde el 23 de mayo pasado, volvió a las calles tras romper el acuerdo firmado el domingo con el gobierno de Panamá. “Volvemos en cero” “La verdad, las bases no estaban de acuerdo con esa acta de compromiso que se firmó. Yo lo había advertido, que eso tenía que llevarse a las bases, a los maestros que están en las calles, al pueblo que está en las calles, y lamentablemente dijeron que no”, lamenta Sánchez. “Otra cosa es que en ese documento había un compromiso de las mesas instaladas de discusión de la canasta básica. No se presentaron hoy y nos dejaron sentados. Nosotros volvemos en cero nuevamente. ¡Y me están acusando de que yo tengo una agenda oculta! Luis Sánchez, la única agenda que tiene, es la justicia para el pueblo panameño, con todo el movimiento popular que ha conformado la ANADEPO [Alianza Nacional por los Derechos del Pueblo Organizado]”, denuncia el líder sindicalista. En el acuerdo se había establecido la reapertura de los tramos obstruidos en la carretera Panamericana que conecta al país con Centroamérica, así como un precio fijo para la gasolina. Con esta decisión se reanuda entonces la huelga de más de dos semanas y las movilizaciones callejeras que han causado desabastecimiento en todo el país. “La gobernabilidad está en entredicho” “El acuerdo se ha roto por haber sido muy limitado. Hay un número importante de organizaciones protestando, hay distintos niveles de aspiraciones. Por ejemplo, hay un documento que firmaron varias de esas organizaciones, que tiene 32 reivindicaciones y medidas que tiene que tomar el Gobierno, y lo que ha sucedido, que creo que es lo más importante, es que la dirigencia de AEVE, que era la que estaba encabezando toda la movilización, y más o menos articulándola, ha sido rebasada por el sindicato de obreros en la construcción, que tiene una mirada política quizás un poco utópica pero más de largo plazo y más radical”, explica Harry Brown, director del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales de Panamá. Para el politólogo, Panamá en este momento se encamina a ser un país ingobernable: “No hemos llegado al punto de Chile en 2019, o a las escenas de hace algunos días en Sri Lanka, pero la gobernabilidad está en entredicho”, subraya. A pesar de las altas cifras de crecimiento económico e ingresos por más de 2.000 millones de dólares anuales por el Canal de Panamá, este país centroamericano tiene uno de los mayores índices de desigualdad del mundo.